El planteo de Jorge Sampaoli precisa, sobre todo, que los atacantes estén bien, ágiles, y en racha. El técnico del combinado nacional busca la mejor manera de construir un ecosistema para que los jugadores que se desempeñan de mitad de cancha para arriba se desenvuelvan con comodidad. Lo bueno es que la materia prima está a punto: Lionel Messi, Paulo Dybala, Mauro Icardi y hasta Darío Benedetto, su último convocado, festejaron este fin de semana. Entre los cuatro hicieron nueve goles.
Indultado por FIFA, el regreso de Messi genera expectativas altas. Es el recurso que despierta la ilusión. Y más después de verlo como se mostró el sábado en la victoria del Barcelona contra Alavés: el rosarino metió los dos tantos en el 2-0 definitivo. Su presencia en el Centenario de Montevideo es el elemento que inclina la balanza en favor de Argentina.
A partir de este campeonato, Dybala empezó a vestirse con la 10 de Juventus. Es el dueño del equipo, que trabajó más de la cuenta para ganarle al Genoa por 4-2, y el cordobés se despachó con tres tantos, como si tuviese que aparecer él para que las paridades se destruyan. Su temporada pasada fue excelsa, y para esta se espera que se repita a sí mismo. Lo que le falta, de momento, es una actuación consagratoria con la camiseta nacional. Eso es lo que viene a buscar.
Icardi está inspirado desde que Sampaoli lo llevó a la gira por Australia y Singapur, desde que lo mimó, lo cuidó, y hasta lo visitó en Milán para hablar sobre su rol en el esquema táctico del casildense. Hace tiempo es el capitán del Inter y uno de los goleadores más peligrosos de la Serie A. Este sábado brilló en el Olímpico de Roma: hizo dos goles en el triunfo 3-1 de su equipo ante Roma. El segundo es una muestra concreta de su jerarquía: control y giro en un movimiento para rematar al segundo palo. Gritó cuatro en dos fechas. Un toro.
En el fútbol argentino, hay un delantero que despierta temor en todas las defensas. Darío Benedetto disfruta de un estado de gracia. Es un centroatacante que completa con tildes el formulario de requisitos para un 9: posee un cabezazo temible, un remate de larga distancia infalible, y su olfato le permite adelantarse a la jugada: sabe, como en el primer gol contra Olimpo, por dónde tiene que entrar a empujar la pelota. Al aurinegro, después, le convirtió de penal, y Benedetto, goleador del último campeonato argentino, se ganó ayer lo que en el último tiempo se merecía: una oportunidad en la Selección.
Entre ellos cuatro —y Ángel Di María, y Sergio Agüero— estarán los tres atacantes para el choque determinante frente a Uruguay. Messi es una fija, e Icardi parece correr con ventaja para quedarse con el 9. Sin embargo, Sampaoli se relaja: sabe que llegan con la mira bien puesta.