A menos de una semana de la sorpresiva publicación en el boletín oficial sobre las nuevas reglas de la política de Seguridad en espectáculos deportivos, se sumó la muerte del hincha de Emanuel Balbo.
El jueves la AFA mostrará un reflejo tardío para intentar cambiar la pasividad ante los asesinatos y castigará al club que organizó el encuentro. Será el Tribunal de Disciplina el que aplique una “sanción ejemplar” a Belgrano como organizador del partido. Si bien no trascendió la pena -habrá hermetismo hasta el jueves-, la idea es que todos los clubes directa o indirectamente afiliados atiendan las consecuencias de amparar en sus tribunas a los responsables de la violencia. Por primera vez en 95 años -en 1922 se registró el primero de los casos- , la asociación mostrará un reflejo institucional.
La estrategia de la AFA no es quijotesca: dará el primero de los pasos, el que tiene a su alcance y obligará que otros sectores hagan su aporte. Será el Gobierno quien tendrá que aplicar una estrategia para un mal endémico, que no tiene que ver estrictamente con el fútbol, sino con la incongruencia entre leyes, penas, connivencia y desamparo estatal.
En Córdoba, por ejemplo, la Policía no diagrama sus operativos con presencia en las tribunas. Después de la sanción, será el gobierno nacional quien dé el siguiente paso.
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