Si de algo sabe Boca es de superar pruebas de fuego. El Xeneize visitará a Racing tras empatar en La Bombonera por un lugar entre los cuatro mejores de la Copa Libertadores: pibes del club, jerarquía, mística y el 'aura Román', la fórmula para volver a conquistar América y lograr la ansiada Séptima.
"Este hombre -en referencia a Carlos Bianchi- tiene la culpa de que los bosteros creamos que ganar la Copa Libertadores es fácil", dijo Juan Román Riquelme en su partido de despedida. En 2007 Boca logró su última conquista, la sexta, sin imaginar que pasarían tantos años de sequía. Ya van 15, en los que alcanzó dos finales pero las perdió con Corinthians (2011) y River (2018).
Cuando Riquelme decidió involucrarse en la política Xeneize, en 2019, lo hizo con un objetivo: "Que Boca vuelva a ser un club de fútbol". Reordenamiento económico e institucional, volver a potenciar las Inferiores y que los ídolos del club trabajen puertas adentro. Pero su obsesión, como la de todos los hinchas, es ganar la Copa Libertadores.
Por eso, en año de elecciones, y pese a que él confía -lo dijo abiertamente- en que ganará los comicios en diciembre, se jugó la última bala. Rompió el chanchito en el mercado de pases para potenciar con jerarquía un plantel construido a partir de juveniles que fueron promovidos durante su gestión y que hoy son el alma de Boca.
También, en un giro de 180 grados, apostó por Jorge Almirón, un técnico que siempre le gustó pero de un perfil completamente distinto a los otros tres que pasaron durante su vicepresidencia: Miguel Russo, Sebastián Battaglia y Hugo Ibarra.
El DT le imprimió un estilo al equipo, pero al mismo tiempo, es cuestionado por planteos insólitos y cambios curiosos. Almirón se debe un triunfo importante en Boca: perdió el Superclásico, empató ambos partidos de la serie con Nacional, y no pudo ganarle a Racing en la ida en La Bombonera, que es donde el Xeneize se ha hecho invencible desde que asumió.
En un arquero mundialista y ataja penales como Romero, en el caudillo Marcos Rojo, en "nuestro Marcelo" Fabra, en el reinventado Advíncula, en el cerebro 'Pol' Fernández -según JRR, "el jugador más inteligente del fútbol argentino"-, en la manija Medina -hoy, la figura de Boca-, en el desfachatado Barco, en el atrevido Zeballos y en el crack mundial Edinson Cavani. En ellos deposita su fe Riquelme, que aunque demostró que la calidad la tiene intacta, ya no puede ponerse los botines y salir a la cancha.
También en la mística y la chapa copera de la camiseta, que ha sacado la mejor versión incluso de equipos de Boca muy flojos. No siempre le alcanzó, pero esta vez el aire tiene otro aroma. En la adversidad es donde el club de La Ribera se siente más cómodo. Lo que en la previa parece una desventaja (jugar de visitante y con la serie 0-0), para Boca puede ser la motivación perfecta para romper el molde.
Sergio Romero; Nicolás Figal, Marcos Rojo, Nicolás Valentini; Luis Advíncula, Guillermo Fernández, Ezequiel Fernández, Frank Fabra; Cristian Medina; Miguel Merentiel y Edinson Cavani. DT Jorge Almirón.