En la Copa Libertadores pasan cosas más allá de lo futbolístico. Lo increíble excede a lo que ocurre adentro de la cancha. En el partido entre Lanús y Chapecoense en el que ambos conjuntos se jugaban gran parte de la clasificación a los octavos de final y terminó con victoria de los brasileños por 2 a 1, el conjunto visitante tomó una decisión insólita: puso como titular a Luiz Otavio, un marcador central que había sido expulsado frente a Nacional en la última fecha.
Luis Otavio no solo jugó de arranque, sino que metió el gol que le dio la victoria al equipo brasileño. El problema es que Conmebol, horas antes del partido contra el Granate, les comunicó a los directivos que el defensor tenía tres fechas de sanción a raíz del planchazo que le pegó a Rodrigo Aguirre, futbolista uruguayo. Pero a pesar de la advertencia, el entrenador Vagner Mancini lo incluyó entre los once.
Lanús debe hacer la presentación dentro de las 24 horas. Conmebol, en su reglamento, dice que "en el caso de alineación indebida por jugador" se considerará a ese equipo "como perdedor de ese encuentro por 3-0". En este escenario, no debería haber sorpresas: el Granate debería sumar los tres puntos y quedar como líder del grupo con diez unidades.
Si le dan el partido por ganado, quedaría como líder del grupo y clasificado a los octavos de final. En la última fecha visita a Nacional y solamente disputaría el primer lugar de la zona: con un empate lo conservaría. Si Conmebol sorprende con otra decisión, tendrá que ir a Montevideo a conseguir un triunfo para acceder a la siguiente fase.