Lo que no pudo conseguir con juego asociado ni un funcionamiento aceitado, Racing lo consiguió a los tumbos, porque con dos goles casi de carambola, en la parte final del partido, logró revertir un escenario negativo, que lo hizo caminar por la cornisa de la eliminación de la Copa Argentina.
Ramiro Fergonzi abrió la cuenta para Mitre y Lisandro López (que antes había desperdiciado un penal), a los empujones, y Leandro Grimi (con una pirueta accidental) le dieron a la Academia el pasaje a la próxima fase, donde se medirá con Olimpo de Bahía Blanca.
Al poner en el terreno de juego lo mejor que tenía disponible, Racing mostró sus obligaciones desde el arranque mismo del partido, con una presión alta, en campo de Mitre, y así en su primer ataque, Zaracho enganchó desde la izquierda hacia el centro, y su remate, esquinado, derivó en una gran intervención de Alejandro Medina.
Desde lo táctico, el dibujo original de Racing era de 4-4-2, que se flexibilizaba a partir de las proyecciones de los dos laterales, para que Arévalo Ríos se convirtiera en rueda de auxilio, para armar un línea de tres atrás, con los dos centrales.
Mientras que la postura de Mitre fue clara: aguantar la tormenta, para poder dar una sorpresa, con Fergonzi como referencia de ataque.
Racing insinuaba más de lo que concretaba y Mitre, agazapado, no desperdició el primer regalo de su rival: porque Arévalo Ríos se durmió en una salida del fondo, enganchó hacia adentro, y Ramiro Fergonzi facturó con un derechazo bajo que dejó sin reacción a Musso. Pero no fue lo único, para encender la alarma de la Academia, porque un rato después, Ricardo Tapia desbordó por la derecha y Quinteros se lo perdió solito, desde el área chica.
Con más empuje que claridad, y merced al desequilibrio que generaba Augusto Solari con sus corridas por la derecha, Racing empezó a sumar peligro sobre el área de Mitre a partir de la lluvia de centros, y recién en el final del primer tiempo, tuvo una situación clarísima, tras un tiro de esquina desde la derecha, cuando Leandro Grimi la bajó de cabeza y Lisandro López se lo perdió al lado del palo derecho de un Alejandro Medina que ya estaba vencido.
En el complemento, no cambió el panorama, Racing, entre ambición, nervios, empuje y falta de precisión, jugó todas sus cartas en busca de revertir el resultado, pero caía, insistentemente, en el pelotazo como principal arma de ataque. Hasta que en la primera acción de juego asociado, el centro final de Cuadra chocó con la mano de Piriz, y desde los doce pasos, Alejandro Medina le ganó el duelo a Lisandro López.
Mitre se fue quedando sin respuestas físicas y así era todo de Racing. Lo tuvo Cuadra, hubo un cabezazo de Orban desviado y Medina tapó una doble acción, frente a Lisandro López.
Hasta que a los empujones, a trece del final, la Academia llegó al empate, en un desahogo para Licha, que se la llevó con la espalda, de carambola. Hubo otras dos atajadas de Medina, hasta que llegó un centro más y Leandro Grimi, con una pirueta extraña, la empujó para dar vuelta un partido en el que Racing jugó mal y sufrió más de lo esperado.
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