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Sin jugar bien, con momentos de dudas, con pasajes de desconcierto, el equipo de Gallardo logró el objetivo de meterse entre los 8 mejores de la Copa y ahora debe aceitar mejor el nuevo sistema táctico.
River logró el pase a cuartos de la Copa Libertadores y espera el resultado entre Atlético Mineiro y Wilstermnan para saber contra quien se cruzará para estar más cerca del sueño de otro Mundial de Clubes. La clasificación se logró en la ida hace más de un mes cuando se trajo un 2-0 clave de Asunción, porque en la vuelta no jugó bien y el saldo futbolístico no dio saldo positivo más allá del resultado final.
Este nuevo River tiene cuentas pendientes por saldar pero ya pudo empezar a hacerlo con la tranquilidad del objetivo cumplido. Guaraní le hizo sudar la clasificación, cuando ya con el 1-0 estuvo a punto de marcar el segundo en el inicio del complemento. Luego todo se resolvió porque el empate llegó justo para evitar cualquier chance de milagro paraguayo.
El primer tiempo terminó con la peor y más inesperada acción: el gol de Guaraní. Hasta ese momento, el partido había ofrecido pocas emociones pero con River más cerca del arco rival y con el equipo visitante midiendo los tiempos y esperando la oportunidad que le llegó en el minuto adicional y lo aprovechó. Un mal rechazo de River en un tiro libre acabó con Bogarín frente a Lux -que no pudo hacer nada- y la pelota le quedó a Palau que de cabeza enmudeció a todo el Monumental.
Antes del gol, River pudo llegar a zona de definición sólo tres veces y no concretó. La primera jugada fue de Alario saliendo para que aparezca por sorpresa el Pity y su zurdazo no pudo encontrar la red. La segunda acción más clara la generó Enzo Pérez por izquierda, apareciendo sin marca y el pase adentro tuvo a Nacho Fernández para empujar pero la derecha no fue su mejor opción y la tiró afuera. River no había jugado bien, pero en términos de posesión y ganas no merecía irse al descanso con una derrota que ponía el segundo tiempo con nervios.
Pero River falló en la gestación ya que Pérez y Nacho parecían chocarse y en esa falta de continuidad de ambos jugadores se originó la falta de constancia ofensiva que en esos primeros 45 minutos no asomaron.
El segundo tiempo tuvo un inicio tremendo. Antes del minuto de juego lo tuvo Alario y se le fue muy arriba. Enseguida en un pelotazo largo, Chávez casi pone el segundo mientras Pinola, Maidana y Lux parecían conos. Esa acción que puso en peligro el pase a cuartos reveló al Millo y en un centro llegó el empate.
Un gol furioso con Pinola empujando y con Alario metiendo la pierna para empujar, empatar y sacarse la mufa de 8 partidos sin convertir. El segundo estuvo muy cerca cuando Nacho no pudo con Agullar. La igualdad tras casi conseguir el segundo fue un golpe durísimo para el milagro paraguayo. Lo que siguió fue un partido con un equipo que intentaba y no podía, Guaraní; y otro, el Millo, que le fue buscando la vuelta sin éxito a un mejor rendimiento.
El relato del partido y las formaciones
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