Desde intereses por retrasos en las cuotas al pase del Oso Pratto a San Pablo, hasta la refinanciación de la deuda con Belgrano por la llegada Matías Suárez e incluyendo el pago final por el chileno Paulo Díaz a un club árabe, River debe vender jugadores porque el parate del fútbol no le permite otro tipo de recaudación para ponerse al día.
Si se tienen en cuenta los nombres y las fechas de las operaciones pactadas en dólares en todos los casos la cotización estaba entre 30 y 50 pesos por unidad de la moneda estadounidense y ahora ya supero la barrera de los 100 pesos en el mercado paralelo, eso genera una brecha que sólo la puede resolver la salida de algún jugador propio.
Este problemática ajena a la economía del club generó que la deuda en pesos tenga un crecimiento altísimo provocando retrasos, reclamos y un gran inconveniente financiero para comprar dólares y pagarle en especial a los clubes del exterior y la pandemia agravó aún más todo ya que hasta los costos internos no se pueden cubrir.
Las deudas son las siguientes: con Godoy Cruz por Fabricio Angileri de 1,486 millones de dólares y con Belgrano por el Oreja Suárez por 670 mil dólares están siendo negociadas y la cotización actual de dólar en el mercado paralelo provoca una diferencia altísima con los montos originales. Pero al ser dentro del país es más fácil de resolver.
Luego están las deudas que restan que son con el exterior: 3 millones euros a Karpaty Lviv por Jorge Carrascal, 455 mil euros al San Pablo por Pratto, 1 millón de dólares por Nicolás De La Cruz a Liverpool, 1,3 millones de euros por Juan Fernando Quintero a Porto y 2 millones de dólares por Paulo Díaz Al-Ahli de Arabia.
A esto se le suman la falta de recaudación local que suele generar el fútbol cuando está activo en especial por la venta de palcos, abonos y publicidad estática y que para River son casi el 70 por ciento sus ingresos ordinarios. Por ejemplo, un partido de octavos de final de la Copa Libertadores, le suele aportar a River en términos normales recaudaciones e ingresos cercanos a los 2 millones de dólares.
Por estas razones, hay una necesidad casi imperiosa que la apertura del mercado de pases traiga alivio para estos compromisos y en especial para poder mantener el plantel actual y no desarmar la estructura del equipo. Los nombres en este caso son los que ya se saben desde hace rato: Gonzalo Montiel y Lucas Martínez Quarta. Lo que sí saben en River es que si se da alguna venta lejos estará de ser por las clausulas gatillos que rondan los 20 millones de dólares.
“Las diferencias que hay en las cotizaciones y la obligación de pasar los dólares a pesos en el mercado oficial cuando se cierra una operación es un problema que tenemos en Argentina”, contó Enzo Francescoli al hablar del asunto. Y agregó: “Nosotros no estamos urgidos por vender jugadores este semestre y vamos a evaluar cómo se mueve el mercado de pases porque este tema de la liquidación de los dólares en el mercado local genera un pérdida”.