LOS GOLES DE RIVER-SAN MARTÍN Los primeros 20 minutos de juego, el plan sanjuanino,
daba resultados para Lavallén. Es que la línea de cuatro defensores, los dos volantes centrales y los extremos había organizado un sistema de corte, presión y achiques, que imposibiltó cualquier indicio de sello riverplatense. Los de Gallardo sólo podían tener la pelota
en libertad con Maidana, Ponzio y Mina. Pero cuando la tenía que agarrar el resto del equipo, en especial
Nacho Fernández y D`Alessandro, las complicaciones de progreso era evidentes. Ese problema, sumado a cierta imprecisión, hacían que el juego fuera desfavorable para el Millo. De modo que en esa primera etapa lo más peligroso lo generaron dos contra del equipo cubano en especial por el lado del pibe Olivera.
Todo era complejo, es más Batalla tuvo que revolcarse para apagar un grito de Denning, pero Nacho se iluminó, le puso un pase aéreo majestuoso a Alario que de cabeza resolvió el lío que era el partido. Esta vez el brillo individual, la categoría personal, sacó de las sombras al juego del equipo. Se abría otro partido,
favorable para la Banda, que se empezó a soltar desde el juego, pero sin peligro arriba.
En el inicio de la segunda atapa, el Millo pudo haber acabado con la ilusión sanjuanina.
Pity corrió de área a área en pared con Driussi, el el 10 del Millo quiso meterle clase a la definición y falló mano a mano con Ardente. Eso le dio vida a la visita que al cuarto de hora en una mala salida defensiva del Millo perdieron la pelota por izquierda, aparecíó Montagna por afuera, en la derecha, fue al fondo, centro atrás y Villarroel que entraba bien de centro delantero la punteó para el empate. Era un buen premio a la prolijidad y la idea de los de Lavallen que nunca fueron menos que River.
Volver a empezar y a sufrir, para el Millo.
Un tiro libre de Nacho casi generá el segundo, pero el equipo no estaba fino y llegó al final con muchas ganas y poca claridad.