El número 10, una especie en extinción, en el fútbol argentino y en el mundo. Zurdos preferentemente, pero diestros también y no con menos talento y calidad.
El legado de los Beto Alonso, los Ricardo Bochini, los Juan Román Riquelme, los Alejandro Sabella se fue apagando en las últimas décadas, donde los entrenadores apuestan más a jugadores versátiles y sacrificados, aunque los clásicos números 10 son los que muchas veces abren los partidos y marcan la diferencia.
Boca y River, los dos clubes más grandes del fútbol argentino, acaban de quedarse si sus números 10: Gonzalo Martinez se va a jugar a la Liga de los Estados Unidos y el colombiano Edwin Cardona, por quien el Xeneize decidió no hacer uso de la opción, volvió al fútbol mexicano aunque ahora para jugar en el Pachuca.
Está por arrancar un nuevo año futbolístico y el espacio que dejaron vacío no será fácil de llenar tanto para Boca como para River, que están ya lanzados a la búsqueda de un talentoso para que pueda girar en torno a ellos el equipo. Como manda la historia.
River ahora está de vacaciones, todavía con la resaca de la eufórica fiesta del domingo pasado, corolario de la conquista de la Copa Libertadores. Pero la dirigencia, el técnico M arcelo Gallardo y el secretario técnico Enzo Francescoli están en contacto permanente, buscando un jugador para el puesto. Hace pocas horas el Pity Martínez, a modo de despedida, pidió que le den la oportunidad al uruguayo Nicolás de la Cruz de calzarse la camiseta 10 que él acaba de entregar.
No parece que vaya a ser así, es probable que River haga un esfuerzo económico por un jugador para un puesto clave. Y el apuntado es Oscar Romero, el paraguayo que la rompió en Racing antes de recalar en el Shanghai Shenua de China. “Es un jugador clase River”, lo definió su representante Daniel Campos, dando a entender que se muere por sumarse a la Banda de Gallardo.
En el inicio de la era Gallardo fue Leonardo Pisculichi el distinto, el que marcó una época. Lo sucedió Gonzalo Pity Martínez. ¿Quién tomará la posta?
En Boca, después del adiós de Juan Román Riquelme también quedó un vacio enorme con la camiseta número que necesitaba un nuevo dueño. Nadie como Román, incomparable por cierto.
Pero se la puso el uruguayo Nicolás Lodeiro, que tuvo su cuarta de hora glorioso y fue campeón con el Xeneize. En este 2018 llegó el colombiano Edwin Cardona, a quien muchos apodaron “ Crackdona” por el talento que tenía y sus pergaminos.
Del fulgor inicial pasó a momentos de oscuridad y terminó sin ser titular en el equipo en la pelea final de la Libertadores. Igual Boca no tiene otro jugador como él en el plantel, por eso ya está buscando como prioridad un número 10 (ver aparte). La búsqueda no es sencilla, la 10 es una camiseta pesada en cualquier club del mundo.
Mucho más en Boca y River.