"Cuando el mundo está al revés es mejor pegarle de zurda", avisaba la canción y en River, al menos en Rafaela, le hicieron caso al pie de la letra. Pisculichi primero y luego Rojas con dos zurdazos de lujo hicieron que el mundo Millonario se ponga al derecho para que la Banda siga siendo puntera, invicta y con las mismas luces que alumbran esta temporada.
Rojas y Pisculichi se fueron convirtiendo luego del partido frente a Rosario Central (2-0) en el Monumental en dos actores fundamentales en las funciones que brinda el equipo de Gallardo. Las estadísticas de ambos con 18 juegos cada uno (Rojas faltó en dos juegos por la Copa Argentina y Piscu en uno por la misma competición y otro por la Sudamericana) que hablan de presencia perfecta en el torneo local, no ofrecen algunos argumentos tácticos que el DT cree como fundamentales.
Rojas tiene un despliegue impensado para lo que solía jugar en tiempos de Ramón. "Entendió que jugar en la quintita al lado del volante central para que le pase por afuera el lateral, no era lo que buscábamos de él y lo revirtió rápido", confiaron en la intimidad del cuerpo técnico. Luego agregaron que además Rojas es casi el delegado personal del DT dentro del campo de juego. "Entiende todo, es muy futbolero y tiene mucha capacidad para entender el juego", admitieron. Por eso Rojas no arrancó jugando, pero cuando hizo el click nunca más dejó de ser titular. El Malevo Ferreyra que había ilusionado a Gallardo en la pretemporada arrancó de titular, pero le duró sólo dos partidos. Por estos días, Rojas es el que más juega y el que menos sale del equipo.
Piscu, el otro zurdo, que hace rimar el juego de River con lo que quiere Gallardo, empezó con las dudas del caso de un jugador que venía de irse a la B. Pero Gallardo nunca dudó de él y dijo alguna vez en la parte final de la pretemporada que Piscu tenía todo para ser el enganche del Millo. Tenía razón todos se olvidaron muy rápido de Lanzini, y el ex Bichito tuvo juegos memorables, al punto que en la platea San Martín piensan en el Beto Alonso cada vez que Piscu agarra la pelota.
Piscu juega muy cerca de los delanteros. "Tiene pase entre líneas, es preciso, le pega bien la pelota parada, juega a una gambeta y la tiene que romper con Teo jugando a un toque", le dijo el entrenador a sus colaboradores cuando se cerró lo de Piscu. No le falló la versión. Piscu hizo todo lo que el DT quería que haga y los 5 goles más la misma cantidad de asistencias, son casi un correlato de los deseos del Muñeco.
River vuelve a tener resto para "pegarle zurda" y allí a la izquierda de los normales, Piscu y Rojas, no quieren que los adiestren.
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