San Lorenzo le ganó 2-0 al Deportivo Independiente Medellín de Colombia, en el estadio Pedro Bidegain, por el repechaje de la Copa Sudamericana: Adam Bareiro, con dos penales, le dio el triunfo al Ciclón, que se metió en los octavos de final y jugará contra Sao Paulo.
Otro paso firme de San Lorenzo. Ya se sabe a qué juega y con qué recursos, y aún así no pierde la efectividad. De local es imbatible, nuevamente no recibió goles, no parece haberse resentido pese a las múltiples bajas, y tiene a un goleador que se volvió a amigar con la red.
El primer tiempo fue un calco del partido de ida. San Lorenzo especulando -la semana pasada con su condición de visitante, esta vez con la ventaja conseguida en el primer partido- y bien armado atrás, y un DIM ambicioso, intentando ser quien maneje las acciones, pero sin la capacidad de generar situaciones de gol.
Hasta que Bareiro hizo una de Bareiro, se inventó un penal sacando a pasear a Palacios, que lo derribó en el área, y el propio paraguayo lo cambió por gol abriendo el pie, a los 25 minutos de juego. Eso fue todo lo que ocurrió en un primer tiempo chato y deslucido.
Aunque para la sorpresa del partido, San Lorenzo aceleró en el segundo tiempo, incluso ya habiendo hecho su negocio. 'Acelerar' es relativo, pero el equipo de Insúa sí tomó el dominio y empezó a jugar más lejos de su arco. De entrada, Maroni tuvo el segundo; más tarde Leguizamón reventó el travesaño, y finalmente la tercera fue la vencida.
Nuevamente fue Bareiro quien recibió en el área, esta vez en el costado derecho, giró y fue bajado. El delantero volvió a tomar la pelota pero cambió la ejecución y le rompió el arco a Mosquera. El ex Monterrey fue el hombre clave de la serie, no solo por los goles, sino porque, jugando casi solo contra la defensa rival, estuvo intratable.
A Adam no le podían sacar la pelota ni siquiera cuando se tiraba a jugar por las bandas. Casi cierra la noche con un gol desde mitad de cancha que derivó en la ovación del estadio, en una reconciliación definitiva entre el goleador renacido y los hinchas azulgranas.
La serie de DIM fue muy pobre, pese a lo escueto -y en realidad no tanto, tres goles- del resultado global. Un equipo que engaña con su polenta físico y con su intención de tener la pelota, pero que hace agua en defensa y no tiene peso en ataque. De todos modos, conocida virtud del Ciclón de Insúa es anular fortalezas y explotar debilidades del rival.
San Lorenzo terminó el trámite que inició en Colombia y sigue en camino en la Copa Sudamericana, donde en octavos tendrá el que seguramente sea el escollo más complicado del torneo, frente a Sao Paulo. Si lo supera, sin dudas se calzará el traje de candidato. Por ahora, redondea una semana de buenas noticias. Eso sí, deberá seguir reforzándose. Insúa lo sabe y lo pide a gritos.
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