Boca le pone fin hoy a un año increíble, plagado de derrotas y con manos vacías de títulos. Impensado para la mayoría, sobre todo desde que a principios de año se produjo el retorno de Carlos Bianchi, el técnico más ganador de la historia del club. Sin embargo, se dio así y por eso es buen momento para hacer un balance, mano a mano, precisamente con el Virrey, quien aceptó el desafío de hablar de todo.
-En sus dos etapas anteriores, encontró rápido el equipo, ¿por qué le costó tanto ahora, más allá del tema de las lesiones?
-No me quiero esconder en la excusa de las lesiones, pero para darle una fisonomía a un equipo, por lo menos en diez partidos seguidos deben jugar los mismos jugadores. Cambiar la defensa todos los días no es bueno. Cambiar el mediocampo todos los días, tampoco. Uno puede cambiar adelante, pero en el medio y atrás hay que tener una continuidad en las formaciones.
-¿Cómo se arma un equipo alrededor de Riquelme y Gago, que sólo juegan el cincuenta por ciento de los partidos?
-Hubo momentos en los que no tuve a ninguno de los dos. Si me falta Román, hago tal cosa. Si me falta Fernando, hago lo otro. Pero hubo partidos en los que faltaron los dos. Lo único que deseo es que no se vuelvan a repetir todos los problemas que tuvimos a lo largo del año. Pero igual no me quiero colgar de eso, tendríamos que haber hecho las cosas mucho mejor. Estoy convencido, y así se lo dije al plantel, que así como está, si no se va ninguno y viene alguien para aportar un plus, está para pelear el título.
-De lo que usted pretendía desde lo futbolístico, ¿qué cosas se dieron y cuales le faltaron?
-Me gustaron los partidos contra Racing y Vélez. No sé si algún otro equipo jugó en tan alto nivel como nosotros esas dos veces. Eso me dio mucha satisfacción, también los partidos de la Copa, ante Corinthians y Newell's, con otro grupo de jugadores. Después fuimos muy irregulares. Algunos se reían, pero unas fechas atrás ya había dicho que era ilógico que Boca salga campeón. Es una realidad. Y así y todo, estamos ahí nomás, en un torneo muy irregular.
-¿Se puede decir que la camiseta de Boca no se la puede poner cualquier jugador?
-Todos hablan de eso. No sé, eso depende de la mentalidad de cada uno. No puedo saber lo que pasa por la cabeza de cada jugador. Igual no creo que este equipo no haya rendido porque a algunos jugadores les pesó la camiseta. No se rindió por falta de concentración. No es normal que nos hicieran tantos goles en los comienzos de los segundos tiempos.
-¿No cree que a este equipo en algunos partidos le faltó rebeldía, ese poder de reacción que tuvo en otras épocas?
-Puede ser. Lo tuvo algunas veces, como ante Tigre, o con Quilmes, en el torneo anterior. Lo que sí no es lógico es ir a buscar el partido recién cuando estamos abajo en el marcador. Hay que ir a buscarlo de arranque. Esas son cosas que se pagan.
-En ese tren que se les escapó varias veces, como dice, ¿los jugadores no entendieron lo que se estaban jugando?
-Quiero creer que sí. Sabíamos muy bien lo que estaba en juego. El partido con All Boys fue un cimbronazo fuerte. No pensábamos perder. Nos hicieron dos goles seguidos, se lesionó Román, pero esos son momentos donde uno debe demostrar cierta rebeldía y no lo logramos.
-Les volvió a pasar contra Lanús, once contra nueve...
-Lo que pasa es que yo ya había hecho el cambio de Blandi por Gigliotti, sino hubiésemos terminado, como en otros partidos, con cinco delanteros. Igualmente, tendríamos que haber demostrado más.
-¿Cuánto hay de desafío, de revancha, para seguir con más ganas que nunca?
-Cuando uno hace deporte, quiere ganar, terminar primero. Uno busca siempre competencia, y ahora el desafío es tratar de llevar a Boca a que sea el mejor equipo de la Argentina. Ese es mi deseo.
-Hay otra parte de los hinchas de Boca que está disconforme, como así también un entorno periodístico y dirigencial que presiona... Teniendo en cuenta eso y con dos años más de contrato, ¿siente que en los próximos seis meses se juega mucho?
El 30 de junio, si no salimos campeones, los dirigentes me pueden decir "buenas tardes, mucho gusto". Ya está. Tienen todo su derecho. Como yo tengo el derecho mañana de decirle al presidente "me voy". Vamos a ser sinceros, no voy a pretender que todos estén de acuerdo conmigo. Sería un estúpido de primera.
-De todas maneras, aunque no lo reconozca, tanto usted como Riquelme parecieran ser los paraguas protectores del equipo...
-Dicen que a otro técnico, en mi lugar, lo hubiesen echado. No sé, tal vez lo nuestro fue demasiado fuerte, o se llegó demasiado arriba, donde no se pensaba que se podía llegar.
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