El campeonato argentino, a 17 años del comienzo del 2000, todavía mantiene jugadores que empezaron a jugar profesionalmente antes del cambio de milenio. Una formación que, tranquilamente, podría haberse alineado en otra época

El fútbol argentino está cada vez más cerca de que un chico nacido después del 2000 debute en Primera. Tienen entre 16 y 17 años y algunos ya asoman en reserva. Pero todavía quedan viejitos: hombres con piernas cansadas y espaldas anchas. Hay jugadores, en el campeonato que se reanuda esta noche, que provienen de un tiempo que parece ancestral. Que saltaron a Primera mientras Carlos Menem gobernaba y el dólar cotizaba igual que el peso. Entre todos ellos, se puede armar un once inicial. Un golpe bajo para los nostálgicos.

Es normal que los arqueros extiendan sus carreras. Juan Carlos Olave era un ejemplo. Se retiró el año pasado con 42 años. En Belgrano pasó todas: descendió, ascendió en una promoción inolvidable contra River y jugó la Copa Sudamericana. Christian Luchetti vive una segunda juventud en Tucumán. Tiene buenas actuaciones en el arco de Atlético, y se da el lujo de jugar una Copa Libertadores a los 38 años. A 21 años de su irrupción en Banfield, sigue vigente.

Cristian Luchetti

Fabián Cubero es el lateral derecho. Ídolo en Vélez, se convirtió en el jugador con más encuentros oficiales en el club donde alguna vez brilló Carlos Bianchi. Es inagotable. Aunque pocos lo recuerden, Iván Furios apareció en Boca en el '98. Desde entonces, esa cabeza despoblada paseó por distintos clubes de Ascenso. Con 37 años, es zaguero de la férrea defensa de Patronato. En Estudiantes —el equipo que más jugadores aporta—, Leandro Desábato es un ícono. En el 97 se presentó en el Pincha, y ahora continúa con un nivel interesante. Maximiliano Velázquez no arrancó en Lanús, sino en Ferro, en el '98, en los últimos años del club de Caballito en Primera. Ahora es el capitán del Granate, que pasa, probablemente, por el mejor momento de su historia.

Iván Furios

A Juan Sebastián Verón se lo puede catalogar como el último mohicano. Es historia viviente: es el único jugador del mundo en actividad que compartió cancha con Diego Armando Maradona y Lionel Messi. La Bruja —presidente de Estudiantes de La Plata— regresó este año para empapar de mística de un vestuario históricamente empapado de mística. Rodrigo Braña, su socio más fiel, comenzó a jugar en el '97 en Quilmes. Este año cumple 20 años ininterrumpidos en Primera. Con la camiseta del Pincha tocó el cielo: ganó la Libertadores 2009. A diferencia de lo que se vislumbraba cuando empezó a correr en el Nuevo Gasómetro, Walter Erviti dejó de ser el carrilero de buena técnica para transformarse en un volante interno con una categoría riquísima. Se afianzó en el '99 e integró un plantel inolvidable de San Lorenzo. Ahora busca vientos nuevos en Independiente: Ariel Holan lo eligió para comandar a un conjunto anémico de fútbol.

Juan Sebastián Verón

Leandro Romagnoli y Maximiliano Rodríguez serían los externos de este equipo. Compartieron gloria en el 2001, cuando integraron el combinado juvenil que ganó el Mundial Sub-20 en el país con la versión más majestuosa de Javier Saviola. Diego Aguirre relegó a Pipi. Pero el pueblo de Boedo lo adora. Por eso todavía está ahí: será parte del recambio, de las variantes del entrenador uruguayo. Lleva 19 años en Primera y varias operaciones de rodilla. En su vitrina está el trofeo más preciado de todos: la Libertadores del 2014. Rodríguez instauró una mecánica que después imitaron varios ídolos: regresar al fútbol argentino vigentes, en un punto alto de sus carreras. Con él, Gerardo Martino convirtió a Newell's en una máquina de frac. La Fiera, con 36 eneros, es amado en el Coloso Marcelo Bielsa: reafirmó su mote de inolvidable con un zapatazo para silenciar al Gigante de Arroyito en el último clásico contra Rosario Central. El centroatacante es José Sand. El goleador debutó en Colón en el '99. River lo había cedido a préstamo. Jamás se afincó en Núñez. En Lanús, en cambio, es una especie de Dios.

Leandro Romagnoli

Este equipo, inclusive, tiene entrenador. Julio César Falcioni se sentó por primera vez a dirigir un club en el '99. Fue en Vélez, y duró un año. Su campaña no quedó en la memoria colectiva de los hinchas del Fortín, pero fue la piedra fundacional de una carrera que incluye éxitos en Banfield y en Boca.

Julio César Falcioni

Y hasta podría tener suplentes: Sebastián Chirola Romero, Adrián Bastía y Sebastián Domínguez también llegaron a Primera antes del siglo pasado. Juan Ignacio Mercier, también, pero en el ascenso. E Iván Alonso en Uruguay.

Aunque cada vez queden menos, todavía hay jugadores de un tiempo de botines negros y pocos partidos televisados. Futbolistas que brillaban mientras Néstor y Cristina Kirchner eran dos políticos desconocidos a nivel nacional. Hoy continúan. Son figuras y referentes. Son historia.

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