El goleador de River estuvo a punto de irse en busca de minutos de juego, pero una pretemporada en Orlando cambió todo. Le pidió al DT ser delantero, en poco tiempo le ganó el lugar a Mora y ahora es la joya invaluable del Millonario. Historia de un distinto que siempre fue la debilidad del Muñeco

Marcelo Gallardo estrenaba días en la primera pretemporada como entrenador de River y mientras se deslumbraba con Ramiro Funes Mori advertía que, de todos los pibes que había llevado, el que más le llenaba la vista era Sebastián Driussi. “Es distinto, tiene cosas diferentes”, confesó entre sus colaboradores.

Driussi sólo contaba 18 febreros, había debutado seis meses antes con Ramón Díaz, para luego volver a Reserva, y el Muñeco lo llevaba a los Estados Unidos. Fue, desde aquellos tiempos iniciales, la debilidad de Gallardo. Pero la juventud, los jugadores que ya tenía, y los inconvenientes para encontrarle un lugar en el equipo le iban a complicar las ganas al DT.

Gallardo lo fue puliendo, le fue buscando la vuelta en la cancha y sobre todo nunca lo dejó de lado. Que haya sido titular en el primer partido oficial de la era, el 26 de julio del 2014, ante Ferro y por Copa Argentina, marcó bastante la historia que vino después y que ahora lo pone a Driussi sonando fuerte en los mercados europeos que se abrirán a mediados de este año.

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2014. Gallardo les habla a Gio Simenoe, Boyé y Driussi, el único sobreviviente
2014. Gallardo les habla a Gio Simenoe, Boyé y Driussi, el único sobreviviente

Arrancó jugando por afuera, de volante externo (una suerte de lo que hizo Carlos Sánchez luego en ese equipo), pero le faltó dar el salto y en ese semestre alternó partidos y concentraciones. Fueron 18 presentaciones, de las cuales 8 lo hizo de titular, anotando su primer gol frente a Libertad en aquella Sudamericana. El primer paso estaba dado.

Para la segunda etapa (dentro de 2015), la llegada de refuerzos intensificó la competencia y vino el bajón. Fue un tiempo de transición y por momentos lo sufrió: con 18 años y habiendo ganado el Sudamericano Sub 20, no pudo dar el salto en la primera de un River que también aflojó hasta la mitad del año siguiente.

Sin embargo, Gallardo lo bancó y Driussi siguió cerca de los titulares, al punto que fue de arranque en los dos clásicos de la Copa Libertadores ante Boca. Una veintena de partidos y 4 goles no estuvieron a la altura de sus ganas y el primer semestre de 2016 fue cayendo como todo el equipo, jugando poco y sin convertir.

Antes de irse a la pretemporada de invierno del año pasado, varios le dijeron que lo mejor era sumar minutos a préstamo en otro club. Huracán y Vélez lo pidieron y el propio jugador lo pensó. Una charla con Gallardo le hizo ruido interno y, mientras corrían por los campos de deportes de Disney Sports Center en Orlando, decidió quedarse y se lo dijo al DT.

"Yo me quedo para pelear la titularidad. Y para ser delantero", le dijo Driussi al DT.

De ahí en más, se destapó, le ganó el lugar a Mora entre los titulares y físicamente dio un salto de calidad que dejó sin palabras al grupo de trabajo del Muñeco. Cuando empezaron los ensayos tácticos ofensivos, la sintonía fina sonaba cada vez que entraba en la ronda la pareja Driussi-Alario.

Una semana después, y cuando aún faltaban varias para la final de la final de la Recopa Sudamericana ante Independiente Santa Fe de Bogotá, Gallardo sabía por dónde venía la mano. Los dos partidos de Copa Argentina previos a la final fueron el ensayo definitivo que confirmó a Driussi de titular.

La elección fue sorpresa para todos, y fue también un acierto: Driussi no dejó más el equipo, jugó todos los partidos -31 desde agosto del año pasado-, gritó 18 goles y es la nueva joya invaluable del Millonario.

Driussi retrato

De Casanova a Núñez, pasando por Mataderos

Driussi era un chiquito silencioso que, ya en el 12 de Octubre de Isidro Casanova, le sacaba los ojos de admiración a todo el barrio. En el mundo del “Baby” todos lo conocían y no tardó en ir para el lado de Mataderos: por eso siguió jugando en Brisas del Sur.

Allí, en la preparatoria de infantiles en Chicago, Bruno Quintero, que actualmente trabaja en la estructura de inferiores de River, lo vio. “Tenía mucha precisión con la pelota, le pegaba fuerte, era goleador y era decisivo, cosas que hoy lo hacen diferente”, cuenta quien fuera uno de sus primeros entrenadores.

El salto a las infantiles de River se dio en 2006, luego de arrasar en varios torneos de Baby con Brisas del Sur, un club de Mataderos y Parque Chas, por esos años cuna riverplatense. Lo ficharon en River y en 2008 la categoría 96 que tenía también a Batalla, Mammana, Vega y Morán Correa, que dirigían Quinteros y Alejandro Nannia, batió todos los récords al quedarse con el título ganando los 23 partidos del torneo, incluido un 3-0 a Boca en la final.

En la recta decisiva, Driussi anotó 15 goles en la misma cantidad de partidos.

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"Si Dios conmigo, quién contra mí", dice el tatuaje en su brazo izquierdo

Esos pibes acabarían salteando divisiones, y cuando llegó el 2011, con 15 años Driussi ya estaba cerca de la Reserva. Hasta que una tarde en Ezeiza, cuando ya estaba en el grupo de la Reserva, en unos trabajos ante la Primera Ramón Díaz lo vio y pidió que lo subieran.

Una semana después, el propio Ramón lo haría debutar ante Argentinos Jrs. De titular. Terminaba 2013 y, con apenas 17 años, Driussi ya daba el salto más grande.

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