De principio a fin, re movidito. A pleno, eh! Desde que se marcó el pitazo inicial, Uruguay y Paraguay salieron a dar todo. Bien a lo clásico. A pelear hasta con lo último por la tenencia, por el protagonismo, por el dominio del partido. Y en el duelo de guapos, el conjunto de Maestro Tabárez tuvo más firmeza, más combate, y una vez que se adueñó de la pelota, mostró que además tenía muchas más ideas, más recursos futbolísticos. Así, poco a poco fue metiendo al team guaraní contra el traste de Barreto.
Hasta que a los 17 minutos, Uruguay acabó con la resistencia paraguaya: Luis Suárez le robó la pelota al ingenuo Da Silva, se bancó una infracción, siguió adelante hasta el fondo, tiró un centro bárbaro y Cavani clavó el primero. Con el 1-0 adentro, el local se agrandó, pisó a fondo y siguió buscando. Y sobre el final vinieron los premios a esa perseverancia: a los 41, Cebolla Rodríguez madrugó a todos en un corner y puso el segundo; y a los 44, Suárez de penal liquidó el pleito.
Y por si quedaba alguna duda que el partido ya estaba terminado en el primero, Uruguay de arranque volvió a pegar duro al dócil Paraguay: A los 9, Luis Suárez se mandó al área entre tres defensores, dejó por el piso a todos, tiró el centro picando la bocha, y Edinson Cavani de cabeza metió el cuarto. Con el soberbio 4-0, el local reguló la marcha, manejó los tiempos, y cerró el cotejo sin problemas.
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