Así nos recibe, apenas termina Arriba Argentinos, en el mismo estudio, y acercando sillas para conversar amablemente sobre una pasión visceral: la que conjugan el fútbol, los hombres y Boca Juniors.
"Lo que tiene Boca que a mí me atrae mucho es la capacidad de recuperarse cuando pasó Atila y ya parece que está destruido y resurge de las cenizas y da vuelta resultados; tiene esa cosa épica. No el Boca que gana todo el tiempo. El que va con todas las de perder", aclara.
Reconoce que de chica no le gustaba nada, que incluso se deprimía cuando regresaban en auto los domingos y su papá iba escuchando el relato de los partidos. Pero de grande empezó a encontrarle el gustito, sobre todo a partir de su hijo mayor, con el que empezó a encontrar otras cosas relacionadas con el deporte.
"Soy periodista pero cuando opino de fútbol, soy hincha", expresa para dejar en claro que no hay objetividad posible en este terreno. O tal vez que no hay objetividad que pueda con una pasión; "el criterio se aplica a otras cosas", sentencia con un concreto punto aparte.
Luego agrega algo que contamos porque de ninguna manera puede neutralizar su misión redentora de cada mañana: trata de aprender y saber de fútbol sólo para discutir con los hombres y comprobar cómo éstos reaccionan antes su desmesurada subjetividad.
"Te miran y te contestan como diciendo: 'Mirá la burrada que estás diciendo'". Pero mira la buena de Débora, y pensar que parece tan angelical desde su noticiero. Bueno, a no enojarse señores dueños de la opinión del fútbol.
¿Cosa de hombres? Ella ya lo dijo: "El criterio se aplica a otra cosa". A disfrutar entonces de la charla de fútbol con una verdadera dama del periodismo.