El 69% de los adultos mayores de 65 años, así como gente que tenga entre 18 y 65 años y presente comorbilidades (trastornos adicionales a la enfermedad principal), no se vacunaron contra el neumococo, según una investigación que incluyó a más de 300 argentinos.
Entre aquellas que sí habían recibido la vacuna, la mayoría confesó que la principal motivación para hacerlo fue la recomendación de su médico, tal como se desprende de la encuesta que indagó sobre el grado de concientización de la comunidad acerca del riesgo que la neumonía representa para la salud y su conocimiento sobre la existencia de vacunas para prevenirla.
El sondeo, realizado por la consultora A Plus A con el apoyo de Pfizer, demostró que 7 de cada 10 personas que participaron en la encuesta (69%) no estaban vacunadas contra el neumococo, a pesar de tener indicación precisa de hacerlo por ser mayores de 65 años o presentar comorbilidades como asma, EPOC, diabetes, trasplante, enfermedad cardiovascular o VIH.
Si bien la neumonía puede cursarse de manera ambulatoria, en ocasiones puede ser grave, requerir internación y hasta ocasionar la muerte. Según estadísticas locales, 1 de cada 4 mayores de 65 años que se internan por neumonía fallecerá al cabo de un año.
“Estos resultados son particularmente alarmantes, sobre todo teniendo en cuenta que estamos hablando de una población de riesgo y de una vacuna que se encuentra disponible en forma gratuita para los adultos mayores y para quienes padecen comorbilidades”, sostuvo el infectólogo Gustavo Lopardo, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Lopardo destacó que existe una “falta de concientización de parte de la gente” y también “falta de consejo médico”, mientras que señaló: “Si el médico lo recomienda, el paciente se vacuna. Falta promover en los médicos la importancia de prevenir con la vacuna”.
Otro dato relevante fue que los que sí estaban vacunados (31% de los participantes) manifestaron que el principal motivo que los impulsó a hacerlo fue la recomendación médica. “Este punto es crucial. En materia de salud e inmunización, hay mucho por hacer en concientización, pero nada reemplaza el consejo médico”, resaltó el especialista.
Y añadió: “Es prioritario trabajar con todos los profesionales de otras especialidades como cardiólogos, ginecólogos, neumonólogos, clínicos y gerontólogos para que le expliquen a sus pacientes los beneficios de la vacunación y la recomienden a sus pacientes cuando corresponda”.
Por otro lado, y tal como refiere el Ministerio de Salud de la Nación, es pertinente remarcar la importancia del efecto rebaño: debe recordarse que las óptimas coberturas de vacunación en los niños son una importante forma de prevención de la enfermedad neumocócica en los adultos.
En paralelo, se conocieron los resultados de una investigación sobre 2.034 mayores de 65 años en los Estados Unidos, internados a causa de una neumonía adquirida en la comunidad (no intrahospitalaria), y se encontró que la población que había recibido la vacuna antineumocócica conjugada 13 valente presentó un 73% menos de riesgo de hospitalización por causa de alguno de los serotipos incluidos en la vacuna respecto de los que no habían sido inmunizados.
Lopardo manifestó que “investigaciones de este tipo confirman la importancia de la vacunación en esta población de personas para prevenir complicaciones e incluso la muerte, y representan un verdadero desafío para la comunidad médica: no deberían llegar a la guardia personas con neumonía no vacunadas por desconocer la existencia de las vacunas o porque sus médicos olvidaron recomendárselas”.
“Debemos actualizar el concepto de vacunas y entender que no son en absoluto una herramienta exclusiva para los más chicos: hoy contamos con vacunas para todas las etapas de la vida, por lo que los adultos tienen que saber que hay algunas obligatorias para ellos”, completó.