En el marco de la pandemia, un estudio precisó que, en el último año, cerraron sus puertas un aproximado de 24 mil comercios en Buenos Aires por delicada situación económica o muerte de sus dueños por coronavirus.
El dato fue dado a conocer por la ONG Defendamos Buenos Aires que, con la asistencia del Estudio Miglino y Abogados, indicó que, en los últimos 12 meses, bajaron sus persianas 14 mil comercios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 10 mil del Conurbano.
"Los 20 mil colaboradores de Defendamos Buenos Aires fueron realizando un trabajo de hormiga en el último año para mostrar el lado humano del daño terrible que nos hizo a todos los argentinos la pandemia del coronavirus. Por eso fueron relevando, uno a uno, cada negocio unipersonal que fue cerrando, a causa de que su dueño o dueña murieron por la temible enfermedad del Covid-19", comenzó Javier Miglino, director de Defendamos Buenos Aires.
Y continuó: "Desde una fábrica de pastas en Rafael Calzada al negocio de ropa en Recoleta y desde la veterinaria que regalaba chupetines a los chicos que llevaban a vacunar a su perrito en Lomas de Zamora al bar del gallego Fernández, que llegó español pero se volvió argentino en el porteño barrio de Pompeya; en todos los casos los negocios bajaron la persiana por el peor de todos los motivos, porque sus dueños murieron de coronavirus, un mal que ya nos dejó más de 92 mil argentinos muertos".
Bajo esta línea, Miglino sostuvo que "en todos los casos, los dueños de los negocios eran conocidos y queridos en el barrio. Algunos eran dueños de los locales y otros alquilaban, pero en el coronavirus no hizo distinciones".
"Pudimos hablar con algunos parientes y fue unánime la decisión de cerrar. Por respeto a la memoria de aquellos que dieron vida al comercio y por la actual amenaza del coronavirus. Tal vez cuando las cosas mejoren, vuelvan a abrir", agregó.
Un turista argentino murió al caer de un piso 14 de un edificio en Miami
Puente La Noria: protesta y caos de tránsito
"En Belgrano, Núñez, Palermo, Pompeya y Liniers, hablando de la Capital Federal; y en Quilmes, Lomas de Zamora, San Martín, Rafael Calzada y Lanús Oeste, en la provincia de Buenos Aires; fueron muchos los vecinos que pasaron por el negocio del amigo del barrio para dejarle flores o una nota de despedida", lamentó.
Sin embargo, argumentó, "hubo otras causas para los cierres", como "la falta de consumo debido a la falta de trabajo y el dinero circulante, la inflación que no ayudó, los gastos fijos de alquiler, empleados, luz, gas, agua, ABL; impuestos sobre los Ingresos Brutos y demás".
"Todo esto operó como una verdadera bomba de relojería en miles de negocios de barrio, que simplemente no pudieron aguantar más y terminaron por echar el cierre definitivo", sentenció.
Finalmente, Miglino alertó sobre el crecimiento de las compras online. "Hubo también dos nuevos comportamientos que estallaron durante la pandemia y no tienen que ver con los anteriores sino que demuestran un cambio de comportamiento social. La gente de Buenos Aires y del resto del país está empezando a comprar en línea. Paga a través de tarjeta de débito o crédito o al recibir el encargo y de ese modo, el negocio de barrio no tiene ventas", afirmó.
Y concluyó: "Otro cambio vino por el lado de la menor venta de ropa y zapatos. La gente compra menos porque siente que necesita menos. O que compra en exceso. Por eso han florecido los showrooms en departamentos y casas de familia donde hombres y mujeres llegan, se prueban la ropa y compran lo mínimo que necesitan; muy lejos de las tumultuosas y carísimas compras de los shoppings, propias de los años 90 que seguramente no volverán al terminar la pandemia".