Dicen que el mejor fuego no es el que se enciende rápidamente y la paciencia y tenacidad sobre las que sentó su trabajo, le dieron un merecido reconocimiento al fotógrafo ruso Serguéi Gorshkov: ganar el premio a la mejor fotografía de vida salvaje del año 2020.
Once meses tardó en conseguir el retrato perfecto de un tigre siberiano abrazado a un árbol en el parque nacional Tierra del Leopardo, en la región de Primorie, en el Lejano Oriente ruso.
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“Es una escena como ninguna otra, un vistazo único a un momento íntimo en lo profundo de un bosque mágico", aseguró Rosamund Kidman Cox, presidenta del panel de jueces, en relación con la fotografía del animal, cuya especie se halla en peligro de extinción.
Bautizada como “El abrazo”, además del tiempo invertido para su captura, Gorshkov debió superar ni más ni menos que a otras 49.000 instantáneas que recibió el Museo de Historia Natural de Londres para el certamen.
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