Vecinos afirman que empresas tercerizadas los levantan para hacer tareas de bacheo y las centenarias piedras desaparecen misteriosamente. Luego se ofrecen por Internet para emprendimientos inmobiliarios.
Son parte del patrimonio histórico de Buenos Aires y, además, ayudan a filtrar el agua acumulada en las calles. Los adoquines, de eso se trata, son eje de una grave denuncia de vecinos y grupos conservacionistas, que acusan al gobierno porteño de no controlar a las empresas tercerizadas que los cubren de asfalto en las obras de bacheo o bien los extraen y luego los trasladan hacia un destino incierto.
Para peor, afirman, que en internet se venden estas piedras centenarias por unidad y metro cuadrado en conocidos portales de compraventa.
Las denuncias por el saqueo del adoquinado de la Ciudad no son nuevas. Las calles con empedrado representan el 15% del total pero en las asfaltadas aún quedan bloques de granito en las cunetas o debajo de los cordones. La construcción de cordones cunetas en barrios como Agronomía o Floresta despertaron las últimas críticas de varios vecinos que, atónitos, observaban a los operarios utilizar los martillos neumáticos al borde de la acera y luego apilar decenas de adoquines que finalmente eran trasladados sin ningún tipo de explicación.
Temen que las valiosas piedras sean revendidas por la web ya que son utilizadas para ornamentar distintos emprendimientos inmobiliarios. Y afirman que la venta de adoquines dejó de ser un mito: desde hace años se publican avisos en portales de internet dedicados a la venta multirrubro ofreciendo adoquines de calle. Por ejemplo, el sitio web Mercadolibre ofrece piezas usadas a $10 pero, se aclara, que por cantidad se puede obtener un precio promocional. También se remarca que el flete y la carga corren por cuenta del comprador.
Desde el gobierno porteño, en tanto, desmienten las versiones y aducen que las piedras extraídas de las calles luego son utilizadas para ornamentar plazas y parques. Y cuentan que están acopiadas en un playón ubicado a la vera de la autopista Dellepiane, en Villa Lugano.
Patricia Barral, del grupo San Telmo Preserva, explica que en el barrio “la modificación del cordón cuneta ya se hizo y nada se pudo hacer para frenarla. Existen denuncias por venta de adoquines pero nunca pudieron comprobarse. Lo cierto es que ya no se hacen más y los que se venden por internet se quitaron de espacios públicos. Evidentemente faltan controles porque no todo el material va a los depósitos. El gobierno debería tener un control mas estricto sobre lo que esta ocurriendo ya que en los últimos años fueron extraídos decenas de metros cuadrados”.
La dirigente duda sobre el destino de las piedras centenarias. “Hace 4 meses una cuadrilla arregló las veredas y los canteros del Parque Lezama, sobre calle Defensa. Levantaron los adoquines del borde de los canteros y los rellenaron con cemento. Cuando me quejé ante los tercerizados porque no los volvían a poner, me dijeron que la orden era poner cemento. Al insistir, el encargado se molestó muchísimo y no me contestó. Sentí que ese empedrado se iba a algún lugar y no querían decirme adonde”, se lamenta.
Javier Miglino, titular de la asociación Defendamos Buenos Aires, denuncia que desde hace 6 meses “en forma solapada y clandestina siguen desapareciendo adoquines de las calles de Buenos Aires con el paraguas del Ministerio de Espacio Público de la Ciudad”, a cargo de Diego Santilli.
Miglino recuerda que en el 2008 “se produjo el gran saqueo de adoquines luego que comenzara un polémico y fracasado plan de bacheo porteño que eliminaría todos los baches en Buenos Aires en tres años. Es obvio que los baches siguen pero los miles de adoquines que desaparecieron terminaron en varios barrios privados del Conurbano bonaerense, fueron vendidos en demoliciones del Camino de Cintura a la altura de Monte Grande y otras localidades e incluso ofrecido en portales de internet como Deremate.com y Mercadolibre.com.ar e internacionales como E-bay.com”.
En esa época la ONG presentó en la justicia un recurso de amparo fundamentado en la Ley 65, que protege el centenario adoquín porteño. “Lamentablemente los funcionarios fueron sobreseidos. Y hace 6 meses llegaron más denuncias”, precisa el dirigente.