En el desierto patagónico del sur argentino existe una comunidad bilingüe única en el mundo, compuesta por afrikáans y descendientes de habla hispana, unos 650 boers sudafricanos que llegaron a la Patagonia al comienzo del siglo XX.
Los Boers eran una población holandesa instalada en Sudáfrica en el siglo XVII. A partir de un conflicto bélico con el Imperio Británico, muchos decidieron mudarse hacia otras regiones del mundo, entre ellas, Argentina.
Si bien las primeras comunidades en asentarse en la Patagonia permanecían aisladas, en la década de 1950 los colonos comenzaron a relacionarse con comunidades cercanas, ubicadas en Sarmiento y Comodoro Rivadavia.
Actualmente, los miembros mayores de la comunidad siguen manteniendo el dialecto afrikáans, aunque su idioma dominante es el español. Para muchos, el afrikaans patagónico es una reliquia del pasado. Contra todo pronóstico, sin embargo, ha comenzado un renacimiento.
Macri con Bolsonaro: "Maduro es un dictador que busca perpetuarse en el poder"
El dialecto afrikaans patagónico, que no se habla en ningún otro lugar, conserva elementos del afrikaans anterior a 1925, cuando el gobierno sudafricano lo reconoció como idioma oficial. Por lo tanto, proporciona una ventana única a la historia de afrikaans desde un período antes de que sus variedades dialectales se redujeran a través de la estandarización.
A fines de la década de 1980, los observadores caracterizaron a la comunidad como virtualmente "extinta". Sin embargo, en las últimas dos décadas ha habido un resurgimiento del interés en promover la identidad cultural única de los Boers. Esto ha incluido la adquisición de espacio para albergar un centro cultural y un museo.
Actualmente, expertos de la Universidad de Michigan están llevando a cabo una investigación innovadora sobre los Boers patagónicos y sus dos idiomas. Los investigadores describen a la comunidad como una "cápsula del tiempo" que refleja la pronunciación y la sintaxis de una época anterior, al mismo tiempo que introducen algunos elementos modernos, incluido el vocabulario adaptado para el siglo XXI.
Según comentaron los investigadores, la comunidad cuenta incluso con un profesor de afrikáans, lo que permite percibir que esta sociedad, lejos de extinguirse, sigue prosperando a pesar de un panorama socio-cultural transformado por las nuevas generaciones y el intercambio.