La fecha se conmemora cada 30 de noviembre por decisión del Congreso nacional. Cuál es el origen de la yerba mate y las principales zonas de producción.
El Día Nacional del Mate se celebra cada 30 de noviembre en la Argentina, con el objetivo de destacar la importancia de esta infusión en la historia del país. Símbolo de la cultura local, la yerba mate se encuentra en más del 90% de los hogares, según datos oficiales.
En 2013, el Congreso declaró al mate como “infusión nacional”. Un año más tarde, el 17 de diciembre de 2014, se proclamó la ley 27.117, la cual determinó el 30 de noviembre como el Día Nacional del Mate.
La fecha fue dispuesta en recuerdo a Andrés Guacurari y Artigas, una figura clave para la producción y la distribución de la yerba mate en el país. También conocido como Comandante Andresito, fue un militar guaraní que se convirtió en uno de los primeros caudillos federales de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Ocupó el cargo de gobernador de Misiones entre 1815 y 1819, siendo el primer indígena en desempeñar este rol.
Durante su mandato, Andrés Guacurari y Artigas impulsó la producción de la yerba mate en el territorio, al fomentar su distribución y consumo en todo el territorio nacional. Uno de sus proyectos más importantes consistió en la prohibición del ingreso de yerba mate de Paraguay para preservar el mercado interior. Esta iniciativa se vio interrumpida por su captura en 1819.
Los orígenes del mate se remontan a la cultura de la etnia guaraní. Las hojas de la planta de yerba mate (Ilex paraguariensis) eran utilizadas por los aborígenes como bebida, y le rendían culto y ritual, además de utilizarla como moneda de cambio en sus trueques con otros pueblos prehispánicos: los incas, los charrúas y aún los araucanos, a través de los pampas, recibían yerba elaborada de manos de los guaraníes.
Cuando los conquistadores españoles se encontraron con los guaraníes en la selva, observaron que los nativos poseían una resistencia excepcional después de beber mate, sobre todo durante largos viajes. Con el tiempo, los jesuitas adoptaron y cultivaron la planta, extendiendo su popularidad más allá de las comunidades indígenas.
Recién en 1903, en Santa Ana (provincia de Misiones), se realizó la primera plantación de yerba mate. Hasta entonces y aún por muchos años, la yerba que se consumía provenía de la selva, de plantas silvestres que crecían en manchones con gran densidad de árboles, llamadas islas.
La producción de yerba mate tiene su origen en la cuenca que comprende 209.000 hectáreas cultivadas, de las cuales el 86,9 % se encuentran en la provincia de Misiones y el 13,1% en la región nordeste de Corrientes.
El consumo interno de yerba mate acumulado entre enero y octubre de este año alcanzó los 215.331.111 kilos, marcando el nivel más bajo desde 2016, cuando en el mismo período se registraron cifras similares, según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
De acuerdo con el relevamiento, el consumo interno en octubre fue de 22.424.232 kilos, con una disminución del 5,75% respecto a septiembre y del 10,05% en comparación con octubre de 2023. A nivel anual, el acumulado de 2024 muestra una caída del 8,91% frente a igual período del año pasado.