La mujer de 77 años detalló el calvario al cual fue sometida por el grupo terrorista. "Estuve 46 días casi sin luz y sin comida", recordó.
El pasado 28 de noviembre, las argentinas-israelíes Ofelia Roitman, Clara Marman, Gabriela Leimberg y Mia Leimberg fueron liberadas por Hamás tras estar 53 días en cautiverio.
Roitman, a través de un video, relató su experiencia y le agradeció "al pueblo argentino", a su sobrino Hernán Feler, que llevó adelante una campaña para pedir la liberación de los secuestrados.
"Yo soy Ofelia Roitman, estuve secuestrada 53 días, de los cuales 46 estuve en una casa sola, casi sin luz, casi sin comida. Fueron días muy hondos y muy difíciles, con mucho, mucho temor", contó la mujer liberada durante la tregua en la franja de Gaza.
"Todavía quedan 140 personas de la misma manera que la mía. Les pido un favor: sigan luchando para que esas personas puedan salir. Se lo merecen y están pasando momentos muy, muy difíciles", reclamó Ofelia emocionada.
La historia de Roitman fue una de las que más interés despertó en la gente ya que su sobrino, el periodista y relator deportivo Hernán Feler, realizó una campaña para reclamar la liberación de su tía y la del resto de los secuestrados.
"A mi regreso, hace tres días, estando con mi familia, que la añoré muchísimo, me comentaron que vos Hernán, sobrino mío, hiciste un trabajo muy lindo. Te agradezco mucho nuevamente. Y gracias al pueblo argentino que me conoció así, me hubiera gustado que sea de otra forma, pero saben que soy Ofelia Roitman, y que soy argentina", agradeció la mujer de 77 años.
El video del relato de Ofelia fue difundido por la cuenta de Instagram "Juntos por Israel". "La 'tía Ofelia” comparte con nosotros, desde lo más profundo de su ser, los oscuros 53 días que estuvo secuestrada. Su voz resuena con valentía y resiliencia, recordándonos la importancia de la libertad", fue parte del texto que acompañó las imágenes.
Ofelia Rotiman llegó con su esposo Héctor al kibutz Nir Oz, en 1985. Su marido se salvó de ser secuestrado porque estaba internado por una operación de cadera, así que ella estaba sola en su hogar cuando los integrantes de Hamás invadieron territorio israelí. No fue la primera vez que debió correr a guarecerse de ataques sorpresivos, pero en esta ocasión todo fue distinto.
El refugio en cada vivienda es para que la familia pueda resguardarse de bombardeos, pero no está preparado para contener un ingreso violento, de hecho, las puertas son de fácil apertura porque no disponen de trabas de seguridad. Ese fue el motivo por el que muchos habitantes de los kibutzim del sur de Israel fueron secuestrados o asesinados fácilmente, víctimas de la violencia del ataque del Hamas.
Ofelia se comunicó con Damián, su hijo, por WhatsApp y le hizo saber que escuchaba ruidos muy cerca, pero que no eran -en esta ocasión- de misiles lanzados desde Gaza, sino un bullicio de personas. Su hijo le pidió que sólo enviara mensajes de texto y no audios, y si bien el mensaje llegó a destino nunca fue leído porque en su teléfono lo veía con una sola tilde de color gris: los terroristas la habían secuestrado.
Tras la liberación de la mujer, Damián sostuvo que: "es imposible describir lo que pasó por nuestra mente cuando vimos las primeras fotos. Estamos muy emocionados y felices".