El cardenal Jorge Bergoglio presidió ayer la misa central de la celebración de San Pantaleón, en el santuario dedicado al patrono de la salud en el barrio porteño de Mataderos, donde pidió tener “un corazón que vea lo que le pasa a nuestros hermanos”.
“Cuántas veces apaleamos al otro con la lengua” e insistió, en que “Jesús nos invita a ver la fragilidad producida por historias tristes y dolorosas”, dijo Bergoglio en su homilía.
El Arzobispo de Buenos Aires presidió la misa en el altar levantado en la puerta del santuario ubicado en Montes al 6.800 e impartió la bendición a los creyentes, que en su mayoría se acercaron a pedir a San Pantaleón por la cura de una enfermedad.
El lema de la celebración de este año fue: “Querido San Pantaleón, gracias por cuidarnos. Que todas las familias de nuestra Patria tengamos paz, salud y trabajo”.
Durante la misa voluntarios del santuario entregaron estampas del santo que tenían un pedacito de piso de la iglesia, que está siendo restaurado con el aporte de los fieles.
El primer templo que se levantó en Argentina dedicado a San Pantaleón fue en 1964 en una pequeña casilla prefabricada en Mataderos, tras lo cual se construyó la capilla.
San Pantaleón nació en Turquía en el siglo III y era hijo de un senador romano pagano que lo llevó a vivir a Roma.
Pantaleón, siendo médico personal del emperador romano, se convirtió al cristianismo gracias a las enseñanzas de su madre y de un anciano sacerdote.
Desde ese momento, comenzó a curar a toda persona que se acercaba y su fama de médico milagroso se fue extendiendo e incluso, se desprendió de sus bienes para ayudar a los más necesitados.