Mohamed bin Salam, el príncipe heredero de Arabia Saudita, fue a comer asado a la parrilla La Cabrera y su propio dueño tuvo que probar casa plato antes de acercarlos a la mesa de su comitiva, debido a los rigurosos protocolos de seguridad en el marco de la Cumbre del G20.
“Me sacaron el teléfono y me metieron dentro de la cocina. No pude saludar ni ver (al príncipe heredero). Tenía dos o tres personas mirando lo que hacía y cada plato que salía lo probaban y lo etiquetaban”, contó este sábado a radio Mitre Gastón Riveira, dueño del restaurant, contratado para servir comida al heredero al trono de Arabia Saudita.
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El empresario relató que él mismo tuvo que probar uno de los cortes que estaba preparando, cuando tras ofrecerlo a uno de los hombres que seguían atentamente su trabajo, recibió como respuesta: “No, éste prúebelo usted”.
“A medida que los iba fileteando, me daban indicaciones en inglés y los probaban los catadores”, dijo Riveira, que preparó bife de chorizo y ojo de bife, entre otros cortes.
“Los primeros cortes los mandé jugosos, pero me pidieron la carne más pasada”, dijo Riveira, y agregó que para el postre tuvo que mandar a buscar al restaurante del barrio porteño de Palermo panqueques con dulce de leche.