Hoy se cumplen treinta años del día en que Arquímedes Puccio -y junto con él el tenebroso clan que comandaba-, fue arrestado durante un operativo policial que allanó su casa de San Isidro, que funcionaba a la vez como hogar familiar y prisión de víctimas de secuestros extorsivos.
Cuando la policía entró en la vivienda, el 23 de agosto de 1985, encontró a Nélida Bollini de Prado, dueña de una funeraria y madre de los dueños de una reconocida agencia de autos, encadenada y hambrienta en el sótano, acondicionado con fardos de pasto para que creyera que estaba en el campo.
Allí, en Martín y Omar 544, a cuatro cuadras de los Tribunales y a tres de la Catedral de San Isidro, también estuvo secuestrado Ricardo Manoukian, quien hoy hubiera cumplido 57 años si no hubiera sido asesinado en julio de 1982, tras permanecer once días cautivo en el baño de la casa.
En esa misma casa también padecieron cautiverio antes de ser asesinados el joven ingeniero Eduardo Aulet y el empresario Emilio Naun.
El mismo día del allanamiento, Arquímedes fue capturado en Parque Patricios, al intentar cobrar un rescate de 250 mil dólares. Alejandro por su parte, fue detenido en el operativo. También cayó su hermano menor, Daniel, alias 'Maguila', wing en el club CASI, hallado junto a Arquímedes en Parque Patricios.
Familia distinguida
Los crímenes por los que Arquímedes y su hijo Alejandro fueron condenados son recreados ahora en la película El Clan, de Pablo Trapero. El caso tuvo aristas singulares por la resonancia social de sus protagonistas: Alejandro era el rugbier estrella del Club Atlético San Isidro (CASI) y Arquímedes cabeza de una "respetable" familia de San Isidro.
El jefe del clan era contador y funcionario de Cancillería con rango de vicecónsul y correo diplomático, hasta que lo echaron por un presunto contrabando de armas a Italia.
Los logros deportivos de Alejandro sucedían mientras la banda cometía los secuestros: Manoukian fue secuestrado el 22 de julio de 1982 y su familia pagó por él U$S 500.000 por su liberación. En tanto, Aulet fue secuestrado el 5 de mayo de 1983 a la edad de 25 años y se pagaron U$S 100.000 de rescate, lo que no evitó que apareciera muerto en General Rodríguez en 1987.
La casa de San Isidro aún permanece intacta, tal como la dejaron los Puccio cuando la banda fue desbaratada. Administrada por una inmobiliaria y con un valor considerable en el mercado de alquileres, la casa continúa a nombre de Epifanía Calvo, mujer de Arquímedes.
Pero en agosto de 2011, el Juzgado de Instrucción Nº 49 declaró la extinción de la condena tras pasar un tiempo sin que lo hallaran mayor al de su condena. Se estima que estuvo viviendo en Brasil, o Australia.
Arquímedes murió en La Pampa en 2013 a causa de un accidente cerebrovascular. A pesar de haber sido condenado a reclusión perpetua más accesoria por tiempo indeterminado fue beneficiado por el 2x1 y recuperó su libertad. Tenía 84 años y vivía en la casa de un pastor evangelista.
Terminó enterrado en la zona de indigentes del cementerio público de General Pico. El mismo pastor había ofrecido pagar su ataúd, para luego retractarse.
Alejandro murió en 2008 luego de varios intentos de suicidio. Había sido liberado en 1997, también beneficiado por el 2x1, y luego volvió a la cárcel porque el proceso había tenido fallas.
Epifania Calvo, mujer de Arquímedes y madre de sus cinco hijos, se cree que vive en Buenos Aires en total aislamiento y con cerca de 90 años de edad. Guillermo Puccio, en tanto, vive en el exterior donde se encontraba en el momento en el que ocurrió todo.
Por su parte, de las dos hijas de Puccio, Silvia murió de cáncer en 2011, en tanto que Adriana, la menor, tenía 13 años cuando supo lo que pasaba en la casa y habría decidido cambiar su apellido.