Durante el último mes se registró al menos una amenaza de bomba por día en la Casa Rosada, como parte de un nuevo fenómeno que comenzó a impactar en edificios públicos, estaciones de trenes e incluso empresas privadas y que ayer tuvo su capítulo con sendos llamados al anexo de la Cámara de Diputados, el Hospital Santojanni y los estudios del canal Telefé.
Fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación informaron a este medio que durante el último mes se registraron 31 amenazas de bomba en la Casa Rosada, a lo que se debe sumarle las comunicaciones telefónicas que vienen creciendo en el Congreso y estaciones de los trenes Roca, Sarmiento y Belgrano Sur, entre otros.
Según los voceros de la cartera que encabeza Patricia Bullrich, cada operativo tiene un costo de 50 mil pesos, es decir que sólo por las amenazas en la Casa de Gobierno hubo que desembolsar más de un millón y medio de pesos, un elevado costo que se multiplica por el resto de los llamados.
Una de las estrategias del gobierno nacional para tratar de frenar este fenómeno, atribuible a bromas o a gente que pretende romper la tranquilidad, es pasarle la tarifa a los delincuentes que vayan siendo identificados. "Al hombre que hizo nueve amenazas en el Ferrocarril Sarmiento, le vamos a cobrar 450 mil pesos", detalló la fuente acerca de la persona de 28 años, capturada el lunes en su casa de Merlo.
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El último de los casos ocurrió ayer, cerca de las 16, cuando se produjo una amenaza de bomba, la segunda en dos días, en el anexo de la Cámara de Diputados. El llamado al 911 alertó al personal de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal, que evacuó el lugar y, tras realizarse la inspección correspondiente, se confirmó que la advertencia era falsa y todo volvió a la normalidad.
El mismo protocolo se repitió ayer en el Hospital Santojanni, del barrio porteño de Mataderos, donde empleados y pacientes de consultorios externos fueron evacuados alrededor de las 8.30, al igual que ocurrió en una parte de los estudios de Telefé, en la localidad bonaerense de Martínez, cerca de las 10, en el sector que da sobre Avenida Fleming y Entre Ríos.
Al referirse a lo ocurrido en el centro de salud ubicado en la calle Pilar 950, el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, reveló: "Se aplicó el protocolo y evacuamos el Santojanni tras recibir una amenaza de bomba telefónica, que tenemos grabada, donde decían que habían colocado cinco artefactos".
"Lo malo de esto es para los que van con sus turnos a atenderse. En lo que va del año detuvimos a tres personas por este tipo de denuncias falsas. Estamos haciendo las averiguaciones de rigor para dar con los autores", remarcó Santilli en declaraciones a TN.
Este fenómeno ya había tenido lugar en el arranque de esta semana, ya que el lunes hubo alertas sobre la existencia de explosivos en las terminales de Retiro y Constitución, lo que generó interrupciones e importantes demoras en los servicios eléctricos de los ferrocarriles Roca, Mitre y Belgrano Norte. Como si esto fuera poco, minutos después se recibió una cuarta llamada amenazando al hall del ferrocarril San Martín, pero no afectó el servicio ya que las formaciones solo llegan hasta la estación Villa del Parque por obras del viaducto.
A estos intentos debe sumarse el ya mencionado en el edificio anexo de la Cámara Baja, mientras que al mismo tiempo se detectó uno igual en la Casa Rosada, donde avisaban que se aproximaba un automóvil con explosivos. Ese episodio, en que el personal de Seguridad presidencial ordenó seguir reglas de un protocolo interno, se configuró en el caso 31 del último mes para el edificio de Balcarce 50.
Sobre el tema, el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Gerardo Milman, había precisado que generalmente "las fuerzas de seguridad consiguen ubicarlos y terminan en la Justicia", en referencia a los autores de las amenazas.
Y abundó: "Hay diferentes formas de poder llegar a estas personas y terminan detenidas. Lo hacen como una manera de molestar, de interceder en la habitualidad de la gente, muchas veces complicando a miles de argentinos de usuarios en ferrocarriles, en la Casa Rosada y el Congreso donde trabaja gente de distinta pertenencia política".
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