Este sábado 11 de noviembre se celebra la festividad de San Martín de Tours, un santo misericordioso, que es patrono de la Ciudad de Buenos Aires y de la Arquidiócesis porteña.
Nacido en Pannonia (Hungría) en el año 315, su padre era oficial de la caballería romana y así le pusieron el nombre Martín en homenaje al dios Marte, el dios soldado. A la edad de diez años se hizo catecúmeno (para ser cristiano) contra la voluntad de sus padres -que eran paganos- y desde muy joven se enroló en el ejército romano de las Galias.
Un día de invierno se encontró en Amiens con un pobre que sufría frío y Martín cortó su capa militar y le dio la mitad. A la noche siguiente sueña y vio a Jesús vestido con la mitad de su capa, que decía "Martín, siendo aún catecúmeno, me cubrió con este vestido".
Movido por este sueño se hace bautizar y pide retirarse del ejército al afirmar: "Soy soldado de Cristo, no puedo hacer la guerra". Entonces comenzó a llevar una vida de asceta en Treves y más tarde en Poitiers donde, como discípulo de San Hilario, vivió en penitencia y oración.
Años después es consagrado obispo de Tours, Francia, en contra de sus deseos. Allí fundó el monasterio de Marmoutier a orillas del Loira. Se destaca allí como misionero, por lo que es llamado Apóstol de las Galias y junto con sus monjes evangelizaron más allá de su diócesis.
Por la difusión de su palabra y de su ascética y por sus numerosos milagros provocó un número increíble de conversiones y murió en Candes el 8 de noviembre de 397: Fue uno de los primeros santos no mártires venerado por el pueblo.