El arzobispo de Buenos Aires, puesto que anteriormente tuvo Jorge Bergoglio, dio a conocer cómo será el cronograma de actividades para este sábado. "Hay una experiencia de orfandad muy grande, murió el padre de todos. Lo lloré en privado y el público", consignó el líder religioso.
Mientras el mundo mira al Vaticano, tierra donde este miércoles se está llevando adelante la despedida a Francisco que incluirá la presencia de los principales líderes mundiales en el funeral que se realizará este sábado, en Argentina, la patria del Sumo Pontífice, la Iglesia local está organizado su propio evento para darle el último adiós a su líder.
Quien brindó este jueves información sobre cómo será la ceremonia fue Jorge García Cuerva, el arzobispo de Buenos Aires, un puesto que entre 1998 y 2013 estuvo en manos de Jorge Bergoglio. Según relató durante una entrevista en Radio Rivadavia, este sábado a las 10 se llevará a cabo la misa de cierre en honor al Papa en la Catedral de Buenos Aires.
Luego, la despedida constará de dos partes. En la primera se realizará un abrazo en la Plaza de Mayo, donde colocarán una imagen gigante del argentino fallecido este lunes a la edad de 88 años en su residencia de Santa Marta. “Y después, los que puedan, acompañando a los curas de los barrios y las villas, vamos a hacer una caravana recorriendo los lugares de dolor de la Ciudad. Algún hospital, un hogar de Cristo, la Plaza Constitución y otros sitios en los que en el corazón de Francisco siempre tuvieron especial predilección”, informó.
“Hay una experiencia de orfandad muy grande, murió el padre de todos. Lo lloré en privado y el público. El Papa siempre decía que al mundo le hace falta llorar porque llorando fabricamos lágrimas, con las cuales limpiamos la mirada y limpiando la mirada vemos los horizontes y vemos más claro y podemos ver el futuro con esperanza”, reflexionó García Cuerva en la misma nota radial.
Por otro lado, el arzobispo de Buenos Aires sintetizó el legado que dejó Francisco: “En primer lugar, su última aparición física. Dar la bendición al mundo el día de Pascua. Fue el Papa de la alegría, que insistió con la alegría del Evangelio. Verlo a él transmitiendo esa bendición con tanto esfuerzo, es la síntesis de la alegría que quiso imprimirle a su magisterio y que nos compromete a nosotros a anunciar y vivir“.
“Una alegría, una misericordia cerca de la gente y una Iglesia que se hace cargo de los heridos y los frágiles de la vida y él experimentó en propia vida esa fragilidad y vulnerabilidad“, agregó antes de hablar sobre la última vez que se vieron, a fines de agosto del año pasado: “Pudimos disfrutar de encuentros más largos que en otras ocasiones. Él estaba de vacaciones, aunque sus vacaciones era muy particulares porque siempre estaba trabajando”.
Luego, en otro tramo de la entrevista, García Cuerva recordó cómo afectaban los resfríos y gripes al Santo Padre: “Él era muy consciente de todo. Se conectó con el dolor y la fragilidad de la humanidad, con los más pobres y los más enfermos. Hizo con él lo que hizo con la humanidad, que es hacerse cargo”.
El legado de Francisco sigue vivo en Buenos Aires, no solo como figura histórica, sino también en instituciones culturales y educativas. En este sentido, el arzobispo porteño destacó que tienen pensado renombrar al museo de la Catedral como “Museo Papa Francisco”. También mencionó la idea de establecer una usina de pensamiento en la Universidad Católica que lleve su nombre. Y determinó: “Ahora todos somos Francisco; y ese es el compromiso”.
Por último, García Cuerva confirmó que no viajará a Roma para presenciar el funeral. Y argumentó: “Viendo la respuesta de la gente, decidí acompañar al pueblo de la archidiócesis de Buenos Aires. Muchos de los curas de los que hoy soy su arzobispo, son curas formados por él. Hay un clero que lo extraña mucho y lo conoce desde antes de que sea Papa”.
“Tomando la imagen de él, pensando que él me quiso enseñar a ser buen padre, me quedo con los hijos. Además, él lo entendería porque me diría que no gaste plata y que no vaya”, cerró.