El envejecimiento de la población plantea múltiples desafíos. Capacitación de profesionales y personal, promover una cultura del cuidado, adaptar las ciudades, el transporte y los servicios, fomentar el desarrollo tecnológico-científico para mejorar la calidad de vida, contar con estadística, instalar el debate, promover el envejecimiento activo, generar más espacios para la educación permanente y la participación de las personas adultas mayores a fin de aprovechar las oportunidades, a nivel personal y social.
“Está claro que la sociedad está envejecida, pero aún no está instalado el debate” sobre los retos y los beneficios de esta revolución demográfica, manifestó el presidente de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (SAGG), José Ricardo Jáuregui.
En declaraciones a este diario, el especialista señaló que “uno de los puntos clave es el medioambiental, tanto la sociedad como el lugar donde vivimos, todo lo que tiene que ver con el concepto de una ciudad amigable” con las personas adultas mayores.
La adaptación edilicia, mejoras en la vida pública, la accesibilidad en el transporte, la generación de proyectos en pos del envejecimiento activo y saludable son fundamentales.
En este sentido, destacó: “Cuando se diseña, no se piensa quiénes son los usuarios. Un ejemplo claro y sencillo son los restaurantes, el tamaño de la letra y los colores en la carta, así como la iluminación de los lugares son para jóvenes de 20 años cuando los mayores consumidores son las personas de más de 50 años”.
Otro de los ejes es la valoración social y la participación de las personas mayores. “No son un ‘sector pasivo’. Realizan un gran aporte a la sociedad y tienen muchos años por delante para hacer cosas nuevas”, afirmó.
Sin embargo, el profesional advirtió que “de esto se habla poco en Argentina: cuáles son las cosas que las personas mayores siguen aportando a la comunidad”.
“En el país hay muchas actividades -resaltó-, mucho movimiento desde hace años pero aún no hay una cultura y una aceptación que las personas mayores son absolutamente indispensables a la sociedad”, que se suman a “nuevos proyectos”, además de su experiencia y saberes. De ahí la importancia de la educación permanente y generación de propuestas.
Asimismo señaló que los profesionales tienen que seguir trabajando hacia una “Gerociencia, las Ciencias del Envejecimiento, que abordan todas las cuestiones, desde investigación molecular hasta temas de abuso y maltrato”.
“Hay que dar un paso adelante para transformarla en una ciencia, hay que investigar, tener datos propios, y esto va de la mano de la visibilización” de las personas adultas mayores, afirmó, y destacó también el avance de la “Gerotecnología, la tecnología aplicada a la calidad de vida”.
Jáuregui manifestó que “la cultura del cuidado es otro de los grandes temas”.
“Es una responsabilidad de la sociedad, pero al no darse cuenta que hay adultos mayores no se plantea que se los tiene que cuidar. Va desde la política de Estado, el diseño del sistema de salud público hasta la familia y las personas más cercanas”, sostuvo.
En este sentido, afirmó que “es un todo” y se requiere “personal capacitado” para la promoción de la salud, la atención y el cuidado.
Consultado acerca de la capacitación de los médicos, el geriatra señaló que “la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) es la primera universidad pública nacional en Argentina que dentro de la carrera de Medicina tiene dos asignaturas donde se enseñan temas de envejecimiento”.
Si bien destacó que “especializaciones hay muchas”, resaltó que la UNLaM “es la única facultad pública nacional que tiene materias en grado, donde los estudiantes se reciben habiendo cursado temas de adultos mayores”.
Jáuregui es profesor adjunto de la carrera de Medicina del Departamento de Ciencias de la Salud de esa casa de altos estudios y referente de las dos asignaturas: “En segundo año se dicta sobre aspectos básicos de la fisiología del envejecimiento, un enfoque social, abuso y maltrato, entre otros. Y en quinto año sobre la salud del adulto mayor”.
“Hay facultades donde tienen estos temas dentro de la cursada de Clínica, pero no una cátedra específica de Geriatría”, señaló.
Asimismo manifestó: “Ni desde las áreas de salud ni los claustros universitarios todavía se está aceptando que la medicina del adulto mayor tiene características y un enfoque distinto. Por eso, el diseño del sistema de salud es extremadamente medicalizante”.
Respecto al personal de Enfermería, el geriatra indicó que “no hay suficiente en el país y, en ese marco, hay poca cantidad capacitada para trabajar con personas mayores”. Y advirtió “en los próximos años habrá gran demanda de personal para la atención de cuidados crónicos”.
En tanto, la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (SAGG) firmó un acuerdo de colaboración con el Instituto Internacional sobre el Envejecimiento de las Naciones Unidas - Malta (INIA) por el cual fue designada como Centro Satélite para América del Sur, el que es presidido por Jáuregui. Entre sus objetivos se encuentra la capacitación de profesionales en el campo de envejecimiento, sensibilizar en estos temas, difundir información y promover programas de formación entre los países de América del Sur.