Según voceros de los transportistas, la medida "por tiempo indefinido" impide que los vehículos puedan llegar al país vecino con elementos de primera necesidad, alimentos y combustible, entre otros insumos, en principio debido a la postura de los manifestantes.
"Hay camiones con remedios, oxígeno, verduras, cereales, harina y lo peor de todo es que estamos sentados sobre una bomba de tiempo", explicó Sergio Lucero, uno de los voceros de los transportistas.
Además, el camionero apuntó que "hay más de cien vehículos de carga de combustibles que estamos juntos acá, con el peligro de que es un combustible volátil".
Por los días que llevan parados, ya se formaron largas filas de camiones argentinos y bolivianos que ocupan sectores de la avenida Circunvalación y su playa de estacionamiento en La Quiaca.
Este reclamo se inició porque el Comité Cívico de Villazón (en Bolivia) demanda al Gobierno de Luis Arce una mayor asignación de recursos humanos en salud debido a la pandemia del coronavirus, y porque no se realizaron las gestiones con el Gobierno argentino para la reapertura de la frontera.
Por otro lado, los choferes se quejaron por las condiciones sanitarias que atraviesan, ya que cuentan con "un solo baño químico que no se desagota y una sola ducha", ante lo cual "el intendente (Blas Gallardo) se llenó la boca de que iba a traer ayuda y nunca trajo nada".
El paso fronterizo, solo habilitado para el transporte de carga internacional a causa de la pandemia de coronavirus, está ubicado en La Quiaca, a 290 kilómetros de la capital provincial, en plena Puna jujeña.
Fuente: Télam