Se ven afectadas por los cortes de servicio eléctrico localidades del Conurbano y barrios porteños. Se prevé que baje la temperatura para el fin de semana.
Más de 66 mil usuarios continuaban esta noche sin luz en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en medio de la ola de calor que azota a gran parte de la región, aunque se espera que recién durante este fin de semana haya un descenso de la temperatura.
Desde hace varios días miles de usuarios del AMBA se ven afectados por la falta de suministro de energía como consecuencia de las altas temperaturas.
El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), informó que la empresa Edenor tiene 2.832 usuarios sin luz, mientras que Edesur padece mayores problemas con 63.733.
Del área perteneciente a Edesur las zonas afectadas son Parque Avellaneda, Mataderos, Villa Crespo, Villa Lugano, Boedo, Caballito, Flores, Parque Chacabuco, Monserrat, Recoleta, Retiro y San Telmo.
Este escenario provocó decenas de denuncias debido a que los usuarios tuvieron que tirar la comida, así como también soportar el calor extremo de esta última semana.
En este marco, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indicó que este sábado la máxima llegará a 28 grados, con lluvias aisladas desde el mediodía, mientras que el domingo se esperan condiciones similares.
Una prolongada sequía afecta por estos días a buena parte de la zona agrícola central de la Argentina, ocasionando daños en los cultivos de maíz, soja y sorgo, según advirtieron productores de diferentes distritos.
La zona de la Pampa Húmeda es una de las más afectadas y en ese marco distritos como Chivilcoy, Carlos Tejedor y Junín, entre otros, sufren desde hace un mes la falta de lluvia con el consecuente deterioro que ello implica para los cultivos.
"Es un desastre, venimos de dos años anteriores muy malos, el productor está recomplicado, desfinanciado. Si no llueve en una o dos semanas -y no hay pronóstico de grandes lluvias- no se van a salvar los cultivos, se van a perder un montón", advirtió Dante Garciandía, productor de Carlos Tejedor.
"La sequía nos vuelve a jugar una mala pasada", lamentó, por su parte Daniel Pasquale, productor de Chivilcoy, donde las altas temperaturas y la falta de lluvia causaron estragos en los cultivos.
Todos los rindes potenciales de maíz y soja están en retroceso. "Algunos maíces tardíos se veían bien hasta el lunes pasado, pero ahora ya van para atrás seguro, y el de segunda ya estaba muy mal", dijo Pasquale.
El productor dijo que espera que las lluvias previstas para este fin de semana "abra una ventana para algún maíz tardío y cambie" ya que en esta época del año "no hay plan B". "Las sojas sembradas tempranas aguantan, están bastante bien", coincidieron Eduardo Caruso, de Navarro, y María González Ibarra, agricultora de Fighiera (sur santafesino), pero la de segunda, "ya está achicharrada y en mal estado".
González Ibarra indicó que lamentablemente el sorgo no corrió la misma suerte ya que está "hipersufrido, como nunca, encima se da el precio muy bajo, estimo una perdida del 20% al 25% de rinde".
En el caso del maíz, cuando en condiciones climáticas normales podrían llegar a obtenerse 52 millones de toneladas con las 6,5 millones de hectáreas sembradas este año, ya se estima un recorte de producción de cuatro millones de toneladas.
En soja, ya se advierten severos problemas con "daños irreversibles" y los cultivos de segunda de la oleaginosa son los más afectados, mientras que en los de primera se observan pérdidas de plantas y aborto de flores.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las sojas de segunda, las que se siembran después de la cosecha de trigo, presentan un "crecimiento detenido" y están "comprometidas en la región central".
De acuerdo con la entidad, la situación de estos cultivos "empieza a ser irreversible, sobre todo en el norte de Buenos Aires, por la severa cantidad de pérdida de plantas que se está observando en los últimos días".
En medio de esta ola de calor, "necesitan del auxilio inmediato de las lluvias para poder seguir en carrera", advirtieron desde la BCR. En tanto, las de primera, las implantadas en octubre y noviembre, están regulares.
La sequía se agravó en el centro del país, particularmente en el norte bonaerense, y fue expandiéndose al resto de la región pampeana. Solo algunas zonas del oeste y el sur de Buenos Aires recibieron algo más de lluvias en enero.
En Navarro, una zona predominantemente ganadera y lechera, "los campos que han estado con pasturas están todos secos e invadidos por el cardo, en todos los años que estoy en el campo nunca he visto un desastre de cardales como ahora, las praderas no se pueden usar, no sirven para nada, es terrible", relató un productor de la zona.
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