En los últimos años, el 8 de marzo pasó de ser el “Día de la Mujer” a convertirse en una fecha clave de la lucha feminista. Y no es para menos.
Esa fecha se remonta a los inicios de una pelea por los derechos de las mujeres que comenzó en 1908, cuando las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York declararon una huelga en protesta por las condiciones laborales. En aquel momento, el dueño no aceptó la huelga y prendió fuego la fábrica, asesinando a las 129 trabajadoras que permanecían dentro. Murieron abrazadas por una lucha que llevaban en común.
En 2015, algo cambió en la historia argentina y miles de mujeres se abrieron paso en las calles en el primer reclamo común, al grito de “Ni una menos, vivas nos queremos”. A partir de ese momento, surgió un movimiento que si bien se venía gestando desde hace muchos años, tomó visibilidad y fuerza: el movimiento feminista.
El 8 de marzo de 2017, millones de mujeres alrededor del mundo, realizaron la primera huelga internacional de mujeres por una sociedad más equitativa, acción que se replicó en 2018. Este 2019, promete superar aquella fecha y llevar a las calles los reclamos de todas las mujeres y las comunidades disidentes.
POPULAR conversó con las referentes de diferentes movimientos feministas para comprender cuáles son los reclamos que presentarán en esta nueva convocatoria.
Economía Femini(s)ta, que nació en 2015 a raíz de aquella primera manifestación social y colectiva, construye datos y contenidos originales aptos para todo público, a partir de la formación académica de sus referentes, buscando generar una herramienta objetiva para combatir la desigualdad.
“Una de nuestras causas principales es el trabajo doméstico no remunerado, que es una de las caras visibles de este Paro Internacional de Mujeres. Entendiendo la importancia que tiene este trabajo que recae sistemáticamente en mujeres y que es mayoritariamente invisibilizado, pero que es necesario para el conjunto de la sociedad”, explica Candelaria Botto, representante del movimiento.
En segundo lugar, apoyan el proyecto de ley por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y en ese marco, los derechos sexuales y reproductivos y el reclamo por la Educación Sexual Integral (ESI). “En ese sentido, en 2017 lanzamos la campaña de “Mestruacción” entendiendo la falta de conocimiento que hay sobre un tema que nos acompaña fisiológicamente a las mujeres y a las personas con útero, donde el Estado no ofrece información ni productos a quienes no tienen herramientas para gestionar su período”, relata Botto.
El "Free bleeding" y el costo económico y ecológico de menstruar
Con respecto a la comunidad de Travestis y Trans, Economía Femini(s)ta le reclama al Estado “la falta de estadísticas sobre esa población, ya que no se puede hacer un estado de situación, algo que sí se puede hacer con las mujeres porque tenemos los datos del Indec”, lo cual impide generar políticas públicas para una población que “tiene una esperanza de vida de 35 años, pésimas condiciones de vida y el cupo laboral que no se concreta”.
Y, entre otros pedidos, exigen eliminar la brecha salarial persistente que “hoy en día es del 26%, y, si uno analiza la tendencia, no se ha reducido con el correr de los años”, precisa.
El movimiento Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), por su parte, trabajan sobre dos ejes principales de cara al 8 de marzo.
En primer lugar, a principio de este año lanzaron un pedido para que se declare la emergencia en violencia de género. Bajo el lema #EmergenciaNiUnaMenos, establecieron 14 puntos primordiales para trabajar en esta problemática.
Entre ellos, aumentar el presupuesto destinado al Instituto Nacional de la Mujeres (INAM), ya que “es ínfimo el presupuesto que se ha aprobado para 2019 desde el Gobierno que es de tan solo $11,19 por cada mujer, y la reducción que se le ha hecho al INAM”, detalla Analía Kelly, coordinadora de la Provincia de Buenos Aires.
En este aspecto, hacen hincapié a la necesidad del asesoramiento jurídico gratuito a las víctimas de violencia de género, ya que “hoy en día no se lleva adelante porque no hay presupuesto para que los abogados en materia de violencia de género tengan disponibilidad de dinero, teniendo en cuenta que se trata de acompañar a mujeres de bajos recursos”, explica.
Y desde ese lado, plantean también la necesidad de que la mujer tenga un acompañamiento concreto, “teniendo en cuenta que muchos de los femicidios que suceden en Argentina tienen que ver con la falla en el monitoreo de las medidas de restricción perimetral”.
El pañuelo del Aborto Legal, Seguro y Gratuito también está firme en este colectivo, quienes consideran que “es necesario para que los plazos no se sigan dilatando frente a la decisión de una persona de no llevar adelante un embarazo. Y en ese marco, la correcta implementación de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y la ESI a nivel nacional”.
Por último, Kelly alza la voz en reclamo de una mejor condición económica para las mujeres, quienes se ven afectadas por la crisis que atraviesa el país. “Las mujeres y disidencias somos el sector más afectado. Somos las más precarizadas laboralmente, tenemos los trabajos peores pagos, ocupamos la mayoría de los trabajos informales. Una situación de crisis económica y la falta el empleo nos pone en una situación más vulnerable frente a la violencia y a temas relacionados con la salud”.
Otro de los movimientos que marcha es Mala Junta que, en este caso, adoptó la búsqueda del debate por "trabajo no pago". Al respecto, Diana Broggi, referente de la organización y directora de políticas feministas de la Universidad Nacional de la Plata y psicóloga, sostuvo: "Esto es pelear por un reconocimiento de las tareas de cuidado y sostén de la vida". Asimismo agregó: "Queremos que se reconozcan aquellas respuestas que construimos en los territorios desde las organizaciones".