Un informe estadístico puso de manifiesto el crecimiento de este tipo de delito, que el año pasado también provocó 12 muertos en la zona del AMBA.
La historia es desgarradora, con una joven madre que lucha por recuperar su casa en San Antonio de Padua tras resultar usurpada por una familia, aprovechando una de sus ausencias obligadas por tener que viajar a Neuquén por un tratamiento médico para su hijo. “En el último viaje, volví y tenía mi casa copada. Y nadie me escucha”, dijo la denunciante. Lo cierto es que no se trata de un hecho aislado, ya que durante el año pasado se registraron 14.100 usurpaciones de viviendas en la Ciudad y el Conurbano.
Se trata de un nuevo Reporte sobre Delitos, Inseguridad y Violencia, válido para la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires desarrollado por la Consultora Javier Miglino y Asociados con la asistencia de la ONG Defendamos Buenos Aires; a partir de los datos brindados por la justicia Nacional de Instrucción con jurisdicción en toda la Capital Federal más la información de los tribunales de Lomas de Zamora, Quilmes, San Isidro, Morón, Moreno, La Matanza y San Martín.
“Deben sumarse más los miles de hechos que se registran y la gente prefiere no denunciarlos en la Justicia, pero quedan reflejados en nuestro correo electrónico; quedó acreditado que en los últimos 12 meses hubo 14.100 usurpaciones en el distrito del AMBA, con el saldo fatal de 12 homicidios”, indicó el relevamiento.
“En la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense no hay control policial que ponga al menos un instante de tranquilidad para la gente al momento de intentar una usurpación. Prácticamente una de cada dos usurpaciones que se perpetran tiene éxito. Y da lo mismo que sea una madre que tiene que viajar cada 15 días a Neuquén para darle tratamiento a una grave enfermedad de uno de sus hijos y que al regresar encuentra que una banda de criminales copó su casa, le tiró a la calle todas sus pertenencias y se afincó diciéndole a la Policía de San Antonio de Padua, como otro salvaje usurpador que tiene en vilo a todo un edificio en la Avenida Gaona al 2351 de Ramos Mejía o una de violadores que querían usurpar una casa en la calle Tres de Febrero al 2600 en Belgrano. dijo el abogado Javier Miglino, experto en Criminología y Director de la Consultora JMyA.
"Siempre y en todos los casos la Policía de la Ciudad o la Bonaerense llegan tarde o no llegan. Los usurpadores hacen el acting de no tener donde vivir y se instalan con muchos chicos ‘prestados’ para dar una imagen de familia, cuando en realidad es todo una puesta en escena para luego cambiar a los usurpadores por otros más violentos y hacer un aguantadero”, agregó el letrado.
“Hacíamos alusión al caso de una madre que se encontró en la calle al momento de volver de un viaje a Neuquén por el tratamiento de uno de sus hijos y los usurpadores tranquilos, dentro de la casa de la mujer. La fiscal a cargo de la UFI 8, Suárez Corritio, ni siquiera tuvo el gesto de acercarse al lugar para hacer una inspección ocular. No advirtió a la Policía que no deje ingresar más usurpadores ni advertir que aquel que sale ya no puede volver a ingresar, sino que desdeñó de plano los delitos de robo agravado, en poblado y en banda, por todos los elementos que la víctima tenía en su casa y fueron robados o arrojados a la vía pública. Ese tipo de comportamiento judicial, amparado por otras instituciones, hace que la gente esté francamente desesperada frente a la mafia de las usurpaciones”, contó Miglino.
Y agregó: “En Belgrano, sobre la calle Tres de Febrero al 2600, hay una finca próxima a demoler para hacer un edificio. Una banda que asola la zona de Belgrano y Núñez le puso el ojo. Colocaron a dos ‘marcadores’ para hacer el papel de bebedores en la vía pública. En realidad son parte de la banda que al momento de usurpar manifestarán que el lugar estaba abandonado. Los vecinos tomaron cartas en el asunto”.
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