Fue establecida en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Tiene una serie de objetivos a cumplir en 2030, que requieren de la intervención de los Estados, algo que el libertarismo desprecia.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) u Objetivos Globales, también conocidos como Agenda 2030, son 17 objetivos globales interconectados diseñados como un “plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”.
Estos ODS fueron establecidos en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (AG-ONU). Tras un año de negociaciones, un grupo de trabajo presentó la recomendación de 17 ODS, planteando el comienzo en 2015 y la finalización en 2030. Fue adoptada por 193 países el 25 de septiembre de 2015.
Por supuesto, para cumplir con estos objetivos es necesaria la intervención de los Estados, algo que el libertarismo desprecia. Por eso Javier Milei se opone a esta agenda.
1- Fin de la pobreza
A nivel mundial, la cantidad de personas que viven en situación de pobreza extrema bajó de un 36% en 1990 hasta un 10% en 2015. Sin embargo, este ritmo de mejora se ha desacelerado.
Más de 700 millones de personas todavía viven en condiciones de indigencia. Tienen dificultades para satisfacer las necesidades básicas, como el acceso a agua y saneamiento, la salud y la educación.
Para ilustrar mejor este dato, debemos contar que 1 de cada 5 niños vive en situación de pobreza extrema. Asegurar la protección social de todos los niños y demás grupos vulnerables es crucial para erradicar la pobreza.
La crisis de COVID-19 puso en jaque años de avances en la lucha contra la pobreza. Una investigación de la Universidad de las Naciones Unidas afirma que las consecuencias económicas de la pandemia incrementaron la pobreza mundial. Se habla de un aumento de 500 millones de pobres.
El primero de los ODS busca erradicar la pobreza extrema en el mundo para el 2030. La indigencia está medida actualmente por un ingreso menor a 1,25 dólares al día por persona. También se intenta reducir a menos a la mitad la proporción de individuos que viven en la pobreza en todas sus dimensiones.
2- Hambre Cero
Se calcula que cerca de 690 millones de personas en el mundo padecen hambre. Esto corresponde al 8,9% de la población mundial.
La amplia mayoría de las personas que sufren de hambre viven en países en vías de desarrollo. Allí, el 12,9% de la población está subalimentada.
El planeta no parece encaminado para cumplir el objetivo de hambre cero para 2030. Si continúan las tendencias actuales, la cantidad de personas afectadas por el hambre superará los 840 millones en 2030.
Este objetivo busca garantizar el acceso de todas las personas -en particular aquellas en situaciones vulnerables- a una alimentación sana, nutritiva y suficiente. También intenta acabar con todas las formas de malnutrición, logrando incluso las metas internacionales sobre el retraso del crecimiento de niños menores de 5 años.
Para lograr este objetivo es necesario impulsar un cambio profundo en el sistema agroalimentario mundial. El aumento de la productividad agrícola y una producción alimentaria sustentable son fundamentales para paliar el hambre mundial.
3- Salud y bienestar
Incluso antes de la pandemia de COVID-19, los indicadores sanitarios globales estaban lejos de ser alentadores. Los niños que nacen pobres presentan el doble de probabilidades de morir antes de los cinco años que aquellos de familias más ricas.
La mortalidad materna se ha reducido en un 37% desde 2000. Pero solo la mitad de las mujeres de países en desarrollo reciben la atención médica que necesitan. En el año 2017, 36,9 millones de personas vivían con el virus VIH.
Teniendo en cuenta estos indicadores, el tercero de los objetivos de desarrollo sostenible busca garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos. Hilando fino, este ODS intenta reducir la mortalidad materna mundial a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos.
Otra meta es acabar con las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años. También se busca poner fin a las epidemias de la tuberculosis, el SIDA, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas. Asimismo, busca combatir las dolencias transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles.
Garantizar la salud también apunta a mejorar la prevención y el tratamiento del abuso de sustancias adictivas. Además, reducir a la mitad el número de muertes y lesiones provocadas por accidentes de tráfico en el mundo.
4- Educación de calidad
La educación favorece la movilidad socioeconómica ascendente y es fundamental para salir de la pobreza. En los últimos años se lograron grandes avances a la hora de ampliar el acceso a la educación. Aumentaron las tasas de matriculación en escuelas de todos los niveles.
Sin embargo, en 2018, cerca de 260 millones de niños aún estaban fuera de la escuela. En 2020, debido a la pandemia, la mayor parte de los países anunciaron el cierre temporal de escuelas. Esto afectó al 91% de los estudiantes en todo el planeta.
El cuarto de los ODS está enfocado en garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad. Además, busca fomentar posibilidades de aprendizaje durante toda la vida para todos.
¿Cómo se puede cumplir este objetivo? En primer lugar, asegurando que todas las niñas y niños concluyan la enseñanza primaria y secundaria. Esta debe ser gratuita, equitativa y generar resultados de aprendizaje efectivos.
5- Igualdad de género
La igualdad de género es un derecho humano fundamental. No solo eso, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico y sostenible.
En este sentido, se han conseguido algunos avances en las últimas décadas. Hay más niñas escolarizadas y se obliga a menos niñas al matrimonio precoz. También existen más mujeres en posiciones de liderazgo. Las leyes se están reformando para lograr la igualdad de género.
Pese a estos avances, todavía existen muchas dificultades. Muchísimas leyes y mandatos sociales aún son discriminatorios. A nivel mundial, 1 de cada 5 mujeres de entre 15 y 49 años afirma haber sufrido violencia sexual o física a manos de su pareja.
La pandemia también ha provocado un fuerte aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas. Debido a las medidas de confinamiento, muchas mujeres se han visto atrapadas en casa con sus abusadores.
Es por estas y otras razones que la ONU enfoca su quinto ODS en lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas. La meta es acabar con todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas en el mundo.
Asimismo, se intenta eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual. También se busca acabar con prácticas nocivas, como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.
Otra meta específica dentro de este objetivo es reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados. Con diversas políticas de protección social se quiere promover la responsabilidad compartida en el hogar y la familia.
6- Agua limpia y saneamiento
El sexto ODS contempla la meta de garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. En el mundo existen miles de millones de personas -mayormente en áreas rurales- que carecen de estos servicios básicos.
Para poner en contexto, a nivel mundial, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre. Dos de cada cinco personas no poseen instalaciones básicas para lavarse las manos, y más de 673 millones aún defecan al aire libre.
La pandemia nos recordó la enorme importancia del saneamiento, la higiene y un acceso adecuado a agua limpia para prevenir enfermedades. El adecuado lavado de manos salva vidas, pues reduce la propagación de patógenos y previene infecciones.
Este objetivo busca, de aquí a 2030, alcanzar el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible. También se enfoca en generalizar el acceso a adecuados servicios de saneamiento e higiene, así como mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación.
7- Energía asequible y no contaminante
El séptimo de los objetivos de desarrollo sostenible trata de garantizar el acceso a energía asequible, sostenible, segura y moderna. En este sentido, el mundo está avanzando a pasos agigantados, pues la energía se está volviendo más sostenible y disponible.
A pesar de ello, el 13% de la población global no cuenta con servicios modernos de electricidad. Además, 3.000 millones de personas dependen todavía de la madera, carbón, carbón vegetal o desechos de origen animal para cocinar.
Este ODS intenta asegurar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, modernos y fiables. Asimismo, aumentar la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas, y duplicar la tasa de mejora de la eficiencia energética.
8- Trabajo decente y crecimiento económico
A nivel mundial, el 61% de los trabajadores tenía un empleo no regulado en 2016. Por otra parte, los hombres ganan en promedio un 12,5% más que las mujeres en 40 de los 45 países de los cuales se tienen datos.
La Organización Internacional del Trabajo estima que aproximadamente la mitad de los trabajadores a nivel mundial está en peligro de perder sus medios de subsistencia.
En este marco, promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos es un ODS fundamental. La manera de cumplirlo es aumentar la productividad económica a través de la diversificación, la modernización y la innovación.
También es necesario promover políticas orientadas al desarrollo que estimulen las actividades productivas. Igualmente debe aumentar el emprendimiento, la formalización y el crecimiento de las pymes.
9- Agua, industria, innovación e infraestructura
La industrialización de tipo inclusiva y sostenible puede impulsar las fuerzas económicas dinámicas y competitivas. Para generar mayor empleo e ingresos, debe darse junto con la innovación y el desarrollo en infraestructura.
Los países menos desarrollados son los que más necesitan acelerar el desarrollo de sus sectores manufactureros. Para lograr este ODS antes de 2030, deben aumentar la inversión en investigación e innovación científicas.
El noveno objetivo planteado por la ONU apunta a construir infraestructuras resilientes, fomentar la industrialización sostenible y promover la innovación. Todo esto como base para apoyar el desarrollo económico y el bienestar humano.
10- Reducción de las desigualdades
La desigualdad al interior de los países y entre estos es un motivo continuo de preocupación. La diferencia de ingresos entre algunos países del llamado primer mundo con los del tercer mundo llega a ser impactante.
En 2016, más del 64,4% de los productos que los países más pobres exportaban a los mercados mundiales tenían aranceles nulos, lo que significa un aumento del 20% desde 2010. La pandemia intensificó las desigualdades existentes y ha afectado principalmente a los pobres y las comunidades más vulnerables.
En este sentido, un aspecto central de los objetivos de desarrollo sostenible es reducir las desigualdades. De ese modo, se busca garantizar que nadie se quede atrás.
¿Cómo se planea hacerlo? Manteniendo el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre de la población a un ritmo superior a la media nacional. Además, hasta el 2030 se busca potenciar la inclusión social, económica y política de todas las personas.
11- Ciudades y comunidades sostenibles
El mundo cada vez está más urbanizado. Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. Las áreas metropolitanas contribuyen aproximadamente al 60% del PIB mundial. Aunque también generan cerca del 70% de las emisiones de carbono mundiales.
La rápida urbanización resulta en un número creciente de habitantes en barrios pobres. Estos cuentan con infraestructuras y servicios inadecuados y sobrecargados, lo cual empeora la contaminación del aire y el crecimiento urbano descontrolado.
El ODS número 11 busca, de aquí a 2030, garantizar el acceso universal a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles. También plantea mejorar los barrios marginales.
Otro de sus lineamientos es brindar acceso a sistemas de transporte seguros. Más y mejores medios de transporte, que sean accesibles y sostenibles para todos.
12- Producción y consumos responsables
El consumo y la producción mundiales dependen del uso del medio ambiente y de los recursos naturales. El progreso económico del último siglo trajo consigo una acelerada degradación medioambiental.
Nuestra forma de vida y de consumo tiene efectos destructivos sobre el planeta. Ponemos en riesgo los mismos sistemas de los cuales dependen nuestro desarrollo y supervivencia.
Se estima que un tercio de toda la comida producida -el equivalente a 1300 millones de toneladas anuales- acaba pudriéndose. Se degrada en los cestos de basura de los consumidores y minoristas. O se estropea debido a un transporte y recolección deficientes.
Este ODS se enfoca entonces en aplicar el Marco Decenal de Programas sobre Modalidades de Consumo y Producción Sostenibles. Allí deben participar todos los países para lograr, de aquí a 2030, la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales.
También se plantea reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita. Para esto deben disminuir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro.
13- Acción por el clima
El año 2019 fue el segundo más caluroso de todos los tiempos. Cerró además la década más calurosa (2010-2019) que se haya registrado. Los niveles de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera subieron hasta niveles récord.
El cambio climático está impactando en todo el planeta. Nadie está a salvo. Los niveles de los océanos están subiendo, los climas están cambiando y los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes.
El Acuerdo de París, aprobado en 2015, busca reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático. Para eso se intenta mantener el aumento global de la temperatura en este siglo por debajo de 2 °C en relación con los niveles preindustriales.
El acuerdo también intenta promover la capacidad de los países para lidiar con los efectos del cambio climático. Las herramientas para ello son recursos financieros apropiados y un nuevo marco tecnológico.
El ODS número 13 fue diseñado en concordancia con el Acuerdo de París. Se enfoca en fortalecer la capacidad de adaptación a los riesgos vinculados al clima y los desastres naturales en todos los países. Además, plantea sumar medidas relacionadas al cambio climático en las políticas, planes y estrategias nacionales.
14- Vida submarina
El océano impulsa los procesos que transforman a la Tierra en un lugar habitable para el ser humano. El mar proporciona y regula la lluvia, el agua potable, el clima, buena parte de nuestra comida e incluso el oxígeno que respiramos.
Asimismo, más de 3.000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para sobrevivir. El valor de mercado de los recursos marinos y costeros, y su industria se calcula en cerca del 5% del PIB mundial.
Si tomamos en cuenta este contexto, podemos delinear una nueva clave para un futuro sostenible. Se trata de una gestión cuidadosa del océano como recurso mundial esencial.
Este ODS se plantea prevenir y reducir sensiblemente la contaminación marina de todo tipo. En particular, acabar con la producida por actividades realizadas en tierra. Asimismo, busca proteger sosteniblemente los ecosistemas marinos y costeros para prevenir efectos adversos importantes.
15- Vida de ecosistemas terrestres
Para hablar de los ecosistemas terrestres, la ONU muestra datos muy dolorosos. Entre 2010 y 2015, el planeta perdió 3,3 millones de hectáreas en áreas forestales. Afirma que, de las 8.300 razas de animales conocidas, el 8% está extinto y el 22% en peligro de extinción.
La caza furtiva y el tráfico ilícito de vida silvestre siguen frustrando los esfuerzos para la conservación de la biodiversidad. Cerca de 7.000 especies de animales y plantas fueron denunciadas como víctimas del comercio ilegal en 120 países.
Para evitar, detener y revertir la degradación de los ecosistemas de todo el mundo, las Naciones Unidas declararon la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030). Esta es una respuesta coordinada a nivel mundial que se centra en restaurar la relación de los seres humanos con la naturaleza.
El ODS 15, por su parte, intenta promover la gestión sostenible de todos los tipos de bosques. Para ello plantea poner fin a la deforestación, recuperar los bosques degradados y aumentar la reforestación a nivel mundial.
También se busca, de aquí al 2030, luchar contra la desertificación y rehabilitar las tierras y los suelos degradados. El fin último es tratar de alcanzar un mundo con una degradación neutra del suelo.
16- Paz, justicia e instituciones sólidas
La cantidad de personas que huyen de las guerras, los conflictos y las persecuciones sobrepasó los 70 millones en 2018. Esa es la cifra más alta registrada -en casi 70 años- por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Asimismo, la ONU registró, en 2019, 357 asesinatos y 30 desapariciones forzadas de defensores de los derechos humanos, periodistas y sindicalistas. Esta cifra contabiliza registros de 47 países.
La inseguridad, los conflictos armados, las instituciones débiles y el acceso limitado a la justicia representan una amenaza grave para el desarrollo sostenible. “Entre las instituciones más afectadas por la corrupción se encuentran el poder judicial y la policía”, afirma la ONU.
En este marco de situación, el objetivo 16 para el desarrollo sostenible quiere promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas. Para ello, busca reducir significativamente todas las formas de violencia y las tasas de mortalidad en todo el mundo.
Intenta además acabar con el maltrato, la trata, la explotación y todas las formas de violencia y tortura contra los niños. Asimismo, promover el estado de derecho en los planos nacional e internacional y asegurar para todos la igualdad de acceso a la justicia.
17- Alianzas para lograr los objetivos
Los ODS solo se pueden alcanzar con cooperación y sólidas asociaciones mundiales. Para que un programa de desarrollo se logre satisfactoriamente, es necesario establecer asociaciones inclusivas sobre principios, valores y objetivos compartidos.
Estas asociaciones a nivel local, nacional, regional y mundial deben centrarse primero en las personas y el planeta. Por ello es urgente revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible. El primer paso debe ser aportar recursos financieros de múltiples fuentes para los países en desarrollo.
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