El atentado contra Cristina Kirchner, que conmocionó al país y al mundo entero, fue calificado por parte del arco político, los medios de comunicación y la sociedad civil como un "intento de magnicidio".
Según define la Real Academia Española (RAE), este término refiere a la "muerte violenta dada a persona muy importante por su cargo o poder".
También se conoce como magnicidio al asesinato a una persona importante, usualmente una figura política o religiosa. El magnicidio tiene una motivación ideológica o política, con intención de provocar una crisis o eliminar a un adversario que se considera obstáculo.
El delito de magnicidio no está tipificado como tal en el Código Penal y, lo que se puede tomar como base para avanzar, es lo que se detalla en el artículo 82 inciso 2 en grado de tentativa por la alevosía, en concurso real de arma de fuego (189 bis) inciso 2, tercer párrafo, con el agravante del 41 bis que corresponde a la intimidación contra las personas con arma de fuego.
Como consecuencia, la pena se agrava un tercio, en su mínimo y en su máximo. Por lo que la posible pena contra el atacante, de encontrarse culpable, puede ir de 13 años y 4 meses de mínimo a 20 años de máximo, con la posibilidad de solicitar la libertad condicional a los 8 años y 8 meses.
En la historia hubo varios intentos fallidos de magnicidio que se popularizaron internacionalmente. Entre ellos los de de Ronald Reagan, Gustavo Díaz Ordaz, Margaret Thatcher, Augusto Pinochet, Juan Pablo II, Adolf Hitler y Fidel Castro.
Otros sí terminaron concretándose, como los de John F. Kennedy, John Lennon, Abraham Lincoln, Martin Luther King, Mahatma Gandhi, Tupac Shakur, Isabel de Baviera, Álvaro Obregón, entre otros.
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