La ceremonia se realizará este sábado en la plaza de San Pedro del Vaticano, donde se esperan más de 200.000 fieles y numerosos jefes de Estado y monarcas, por lo que se desplegarán 4.000 efectivos y se extenderá una zona de exclusión aérea, entre otras medidas.
Italia puso en marcha un dispositivo de máxima seguridad ante el funeral del papa Francisco. La ceremonia se realizará este sábado en la plaza de San Pedro del Vaticano, donde se esperan más de 200.000 fieles y numerosos jefes de Estado y monarcas, por lo que se desplegarán en Roma 4.000 policías y se extenderá una zona de exclusión aérea, entre otras medidas.
Cientos de agentes y miembros de la protección civil ya están presentes en torno al Vaticano para controlar el tráfico y guiar el alto flujo de personas que se dirige a la Basílica de San Pedro para despedir al religioso argentino que falleció este lunes a la edad de 88 años, después de que este miércoles se llevara su cuerpo para ser expuesto en el templo hasta el viernes.
Unos 2.000 carabineros, así como agentes de la Policía de Estado y Guardia de Finanzas, ya fueron desplegados, según informó el Ministerio del Interior del Gobierno a cargo de Giorgia Meloni. También hay cientos de agentes y patrullas de la Policía local de Roma que ampliarán su presencia hasta 2.000 efectivos entre este viernes y el sábado.
El operativo de seguridad se intensificará a medida que se acerque la cuenta atrás al funeral, cuando llegarán delegaciones de unos 170 países que incluirán al presidente de Estados Unidos, Donald Trump; al ucraniano Volodimir Zelensky; a los jefes de Gobierno de Francia y Reino Unido, Emmanuel Macron y Keir Starmer, así como el príncipe William de Inglaterra o a los reyes de España, y al mandatario argentino, Javier Milei, entre muchos otros.
Según los medios, se prevé una zona de exclusión aérea del Vaticano que se extenderá por Roma, mientras que el área en torno a la Plaza de San Pedro quedará blindada el sábado con detectores de metales, así como drones y medidas de vigilancia aérea del Ejército.
También, de acuerdo con lo que se detalló, se desplegarán francotiradores, unidades caninas y de detección de explosivos a pie de calle y subterráneas, los cazas militares también están listos en caso de emergencia y se activarán dispositivos para detectar drones hostiles. Y, además, se amplió la presencia de unidades de policía fluvial para patrullar el río Tíber y sus orillas, así como la los bomberos.
La vigilancia tendrá que ser especialmente reforzada en torno a las sedes diplomáticas y embajadas de Roma que acogerán a las respectivas delegaciones, sobre todo la residencia del embajador estadounidense, donde se prevé que sea alojado Trump.
Ante la llegada de delegaciones y fieles, se prevé ampliar a su vez la seguridad en estaciones de tren y de los aeropuertos romanos de Fiumicino y Ciampino, donde la gestión del tráfico aéreo y de las pistas se adaptará a las llegadas de las respectivas delegaciones.
En total, el Ministerio del Interior italiano tiene previsto una infraestructura para acoger a un máximo de 170 delegaciones, según precisó el titular de esta cartera, Matteo Piantedosi. Equipos de la Oficina de Prevención y Rescate Público controlan estaciones de tres y andenes de metro. Y el Ayuntamiento de Roma intensificó la circulación del transporte público hacia el Vaticano para facilitar la llegada de fieles.
Para completar el cuadro de seguridad, se activaron a su vez mecanismos de nueva generación desplegados por la Policía que incluye un sistema 3D para garantizar una visión de 360 grados de las áreas que rodean a la Plaza de San Pedro, un tipo de vigilancia que realiza el Centro de Gestión de Seguridad de Eventos.
Otro asunto crítico para la seguridad será el recorrido que se hará con el féretro del papa desde el Vaticano hasta la Basílica de Santa María la Mayor, en el centro de Roma, donde será enterrado. “Dada la gran participación que esperamos, hemos decidido no hacer público el recorrido”, informó el prefecto de Roma, Lamberto Giannini, quien remarcó que se permitirá a la ciudadanía de despedirse de Francisco en su último viaje hasta la sepultura.
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