Amy Mathews, tiene 23 años y vive en Oxford, Reino Unido. Trabaja como profesora de baile y como modelo y no tiene ningún problema o tabú en asumir que es adicta a los orgasmos. Amy experimenta demasiados orgasmos y llega al clímax en los momentos más incómodos.
La joven profesora encontró en los orgasmos, además de una forma de placer, una manera de aliviar el dolor que le provoca el síndrome de Ehlers-Danlos, enfermedad que provoca articulaciones flexibles y tendones sueltos.
A los 15 Amy tuvo su primer novio. La relación duró tres años y fue con él que perdió la virginidad, sin embargo, la joven describe las relaciones sexuales con su primer novio como "un no evento", ya que no llegar al orgasmo.
Fue a los 18 años, con otro novio, que Amy evolucionó en sus relaciones sexuales. "Con él aprendí a tener orgasmos", asume. La británica reveló que en un principio el mínimo eran cinco orgasmos por coito, pero que luego de esa relación empezó a tener orgasmos en cualquier momento y lugar, sin sexo ni estimulación física.
Desde entonces, tuvo orgasmos en lugares inverosímiles como en el transporte público, en la universidad e incluso durante el almuerzo con sus padres. Ella revela que se volvió adicta y que su récord fue de 18 orgasmos en una relación sexual. Revela que, por momentos, la experiencia es tan intensa que acaba desmayándose de placer.
Esta facilidad para tener orgasmos ayuda a Amy a combatir el malestar de su enfermedad: "Tomé medicamentos, pero me cansé. Si tuviera sexo o tuviera un orgasmo con un juguete sexual o solo, estaría bien de nuevo".
Amy puede controlar su deseo de tener un orgasmo cuando está en el trabajo, pero es lo primero que hace cuando llega a casa.
La mujer también afirma que los orgasmos también la ayudaron a lidiar con la ansiedad y el estrés de su vida.
“Solo he tenido tres novios serios y el del sexo alucinante terminó hace dos años", comentó la modelo. “No quiero novio. Solo necesito tener un orgasmo con regularidad. Hay veces que me siento mal si no llego al orgasmo. Cuando los chicos saben acerca de mi capacidad para llegar al orgasmo fácilmente y no sucede o no entro en cifras dobles, les preocupa que haya algo mal en su desempeño".
El tiempo más largo que Amy pasó sin tener un orgasmo fue de un par de días.