El piloto presidencial Leonardo Barone renunció a su cargo luego de haber protagonizado una polémica maniobra en el primer viaje del nuevo avión oficial semanas atrás. El episodio que tuvo repercusión y no cayó bien en el Gobierno se dio durante el estreno del avión presidencial ARG-01, cuando Barone lo comandaba en su llegada al país.
Según se supo de fuentes oficiales, la dimisión se produjo este martes, pero recién se conoció este miércoles.
La polémica se produjo el pasado 25 de mayo, cuando el reemplazante del Tango 01, llegó al país a las 17. La maniobra llamada "vuelo rasante" es una costumbre que se realiza para celebrar el retiro de un piloto o la incorporación de un aeronave a la flota, en este caso a la presidencial, pero no supone riesgo para la nave ni su tripulación.
"Tengo 4.000 horas de vuelo. Con eso y todas las habilitaciones sobra para volar un avión. En aviación no pasa por la cantidad de horas de vuelo, es un dato más. Yo no compré la licencia. Tengo licencia para cada tipo de avión. ¿Qué más necesito? Es ridículo. Tengo cero accidentes y cero incidentes. Volé por todo el mundo. Soy idóneo", indicó Barone.
Días más tarde, el 4 de junio, Barone rechazó las críticas al asegurar que fue "una maniobra controlada, que reviste cero peligro", aunque admitió que "en términos políticos no era el momento".
"Traíamos un avión a la flota nacional y es una maniobra controlada, que reviste cero peligro. Entendimos que era la bienvenida que tenía que tener", precisó Barone y explicó así que eso se hace habitualmente cuando se incorpora una aeronave a una flota o cuando se retira un comandante.
Sobre la maniobra aérea, Barone sostuvo que "en términos profesionales se hizo todo lo que se tenía que hacer", pero admitió que "en términos políticos no era el momento". "No evalué esa situación. Veníamos felices, con el avión nuevo en una fecha patria", reveló.
El nuevo avión presidencial voló a Estados Unidos hace un par de semana para someterse a una serie de actualizaciones en sus sistemas de navegación. El flamante ARG-01, un Boeing 757-256 adquirido por el Gobierno por unos 25 millones de dólares, arribó a Dallas para ser revisado por especialistas de C&L Aerospace, la firma que había vendido la aeronave.
Según trascendió, el objetivo del vuelo a Estados Unidos fue realizar una "actualización de sistemas varios", algo que había quedado pendiente del contrato de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI): por ese motivo, los costos son absorbidos por la compañía norteamericana.
Hasta el momento, la aeronave presidencial sólo fue utilizada por el ministro de Economía, Sergio Massa, para realizar su gira por China, que había contado con la presencia del diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, entre otros: el presidente Alberto Fernández aún no voló en el avión.
El ARG-01 había llegado al país el pasado 25 de mayo con una cuestionada maniobra de los pilotos oficiales.
La adquisición de la nueva aeronave finalmente se dio en 2022 a través de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), previa entrega de su antecesor como parte de pago.
"Se salió a buscar otro 757. Es grande, cómodo, Presidencia tiene su propio taller y personal capacitado para arreglarlo", afirmó Barone desde China, donde llevó a la comitiva encabezada por el ministro de Economía, Sergio Massa y el diputado nacional Máximo Kirchner. El nuevo avión, un Boeing 757, llevó una inversión cercana a los USD 25 millones y tiene capacidad para transportar 39 pasajeros.