Las Crocs irrumpieron en el mercado en 2006 con una propuesta de calzado alternativo que acumuló tantos fanáticos como detractores, pero que no pasaron desaparcibidas y su marca se convirtió en genérico. Sin dudas, fueron las celebridades las que eligiéndolas ayudaron a catapultar a la marca del cocodrilo y convertir sus productos en objetos de deseo.
Y ahora que Crocs ya está instalada, la firma estadounidense va por más, de la mano de una casa como Balenciaga que es sinónimo de moda a nivel mundial, y que se está reinventando con colecciones que apuntan a un público más joven (y de alto poder adquisitivo).
Fruto del trabajo del georgiano Demna Gvasalia, director artístico de Balenciaga, aparecieron en la web las primeras imágenes de las Crocs 2.0 con taco de goma, reconvertidas en stilettos.
Esta colaboración es la segunda entre ambas firmas, la anterior había sido en 2017 con la creación de unos zuecos con gran plataforma e incrustaciones de diferentes pines en plástico en su parte superior.
Mientras mucho se escandalizaron al ver las imágenes de aquella creación, considerándola vulgar y absurda, otros no dudaron en calificarla como una genialidad, un toque excéntrico a un accesorio barato y en apariencia carente de ser un objeto fashionista.
"Cuando Balenciaga se acercó a nosotros, estábamos intrigados por la oportunidad de empujar los límites de nuestras capacidades de diseño y moldeo para ver lo que podíamos crear juntos", declaró oportunamente Michelle Poole, responsable de marketing de Crocs a la revista Elle.
Según trascendió, las Crocs stiletto by Balenciaga saldrán a la venta en 2022 en colores negro, gris y verde esmeralda. ¿Se arrepentirán antes? ¿Serán copiadas en China? ¿Se convertirán en un fracaso o en una genialidad que agotarán las ventas?
Habrá que esperar al año próximo para saberlo, lo que es seguro es que no será fácil caminar con ellas y que tampoco estarán al alcance de cualquier bolsillo.