Más allá de su voluminosa actividad artística, Gerardo Sofovich tuvo un paso fugaz pero recordado por la administración pública durante los años '90, de la mano del ex presidente y amigo personal, Carlos Menem, a quien no hace mucho calificó como "el estadista más importante que tuvo el país".
El riojano lo nombró en 1989 Coordinador del Zoológico de la ciudad de Buenos Aires, con el objetivo final de llegar a su privatización, que llegó dos años después en medio de un escándalo, ya que Sofovich era accionista de la empresa que logró la concesión. Finalmente, al poco tiempo vendió sus acciones.
Pero su paso más recordado y polémico por la política fue cuando quedó al frente del entonces ATC, el canal público. Fueron apenas 9 meses de gestión como interventor (de marzo a diciembre de 1992), en los cuales el canal quedó en concurso de acreedores y con una gran deuda.
Antes, había sido designado como gerente de Programación, cargo que desarrolló a la vez que tenía tres ciclos en el canal (La noche del domingo, Polémica en el bar y A la manera de Sofovich). Además, toda la publicidad del canal se comercializaba a través de agencias a nombre de su hijo y de su ex mujer.
En el lapso en el que estuvo al frente del canal estatal no faltaron los espacios otorgados a amigos del poder de aquel momento, con sueldos exorbitantes. Daniel Mendoza, por conducir Despertar al país, cobraba 700 mil dólares por mes; Julio Márbiz y Ante Garmáz, más de 200 mil; y Guillermo Patricio Kelly y Nelly Raymond, más de 100 mil.
Cuando Sofovich asumió al frente de ATC la empresa se convirtió en Sociedad Anómima, con deuda cero absorbida por otra empresa llamada ATC residual. Las denuncias afirmaban que, al abandonar su puesto un año después, el canal adeudaba nuevamente 60 millones de dólares.
De hecho, tras su alejamiento, se inició una causa en su contra por administración fraudalenta, de la que fue sobreseído por prescripción. De todas formas, tres directivos que lo acompañaron quedaron procesados por el juez Norberto Oyarbide.
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