La permanente es la técnica ideal para rizar el cabello largo o media melena. Antes se conseguía un resultado muy fuerte, que dañaba mucho el cabello y quedaba muy rizado, de la raíz a las puntas. Para hacerla, se usaban los bigudíes pequeños y se necesitaba mucha cantidad. Luego se impusieron los moldeados, más suaves y no tan agresivos.
Si la intención es llevar el pelo rizado, las actuales planchas de cabello ya nos permiten conseguir un efecto ondulado que muchas mujeres ya lucen.
Ahora, hacerse un buen rizado, como si tuviéramos rizos naturales, requiere que sigamos optando por ir a la peluquería y pedir que nos hagan una permanente o si lo preferimos, un moldeado.
En la actualidad, el efecto para poder conseguir rizar el pelo es más natural y en vez de utilizar los bigudíes que eran la única opción en el pasado, aunque se siguen usando, se opta por el uso de rulos o bodys-gomas, que son de colores y blanditos y que nos permiten enroscar el pelo.
Además, el olor ha mejorado mucho y sólo se tarda en hacer una buena permanente unos 15 minutos. Otra ventaja es que el pelo no sufre tanto, porque las fórmulas incluyen aminoácidos esenciales y ácidos de frutas, que le dan fuerza.
El moldeado en cambio es una permanente suave; en ese caso, los moldes son más gordos y se ponen menos, por lo que el rizo queda más abierto, más grueso y muy natural. Este tipo de moldeado es recomendado para cabellos medios y medio-cortos.
Durante la década de los ‘80 fueron muchas las mujeres de cabello liso que optaron por apuntarse a la tendencia de llevar el pelo completamente rizado, por lo que se puso muy de moda el hacerse una permanente. Nuestras madres o abuelas que seguro llevaron en alguna ocasión permanente, podrán explicar las horas que tenían que pasar sentadas esperando a que los bigudíes y el líquido para rizar hicieran su efecto. Además, tener que cuidar mucho el cabello para que el rizo no se acabara deshaciendo en la primera semana de llevar permanente.
Hoy en día esa moda ha pasado por completo y aunque todavía podemos hacernos una permanente sí así lo queremos, podemos optar mucho mejor por ondular nuestro cabello como si lleváramos un moldeado.
De este modo le podemos sacar partido a las planchas de pelo, que son rápidas, no dañan el cabello (si antes utilizamos algún protector y una buena plancha) y encima permiten que presumamos de cabello ondulado durante semanas (sólo hace falta repasar las ondas de vez en cuando).
Antes de recurrir a cualquiera de estas prácticas, cualquiera que requiera de un recogido apretado o trenzado así como la aplicación de calor de forma directa y constante, se debe tratar el cabello, prepararlo para la agresión que va a recibir, de esta forma, lo protegeremos y no lo dañaremos ni tanto ni con tanta frecuencia.
Además, la preparación del cabello o el mimo con una asiduidad razonable, ni está de más ni es contraproducente, todo lo contrario. No es cuestión de estar aplicando productos cada dos por tres o todos lo días, nada de eso, sino que si se lo hace de forma frecuente (una vez a la semana, cada diez o quince días, antes de cada agresión), no solo se protegerá a las fibras capilares para aquello a lo que se vaya a someter, sino que permitirá disfrutar de un pelo sano de forma usual, y por tanto, mucho más vistoso para peinar y de cuidar.
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