El domingo 25 de septiembre tendrá lugar la Luna Nueva en Libra que dará inicio a la segunda temporada de eclipses del año. La astróloga Laura Mattivi (@Laumattivi.astro) analiza esta fase lunar, su influencia y cómo aprovecharla al má ximo.
La Luna Nueva tiene lugar a penas tres días después del equinoccio de primavera en el hemisferio sur. El equinoccio es un día en el que la luz y la oscuridad permanecen en perfecto equilibrio. Por lo tanto, la semana de la Luna Nueva es un momento de comienzos y de acción, de cambios y de creatividad. Estos días estaremos recibiendo un shock de energía para movernos y activarnos.
Además, los días previos y posteriores al 25 de septiembre, sentiremos un impulso para el inicio de un nuevo período, especialmente en lo que respecta a nuestra forma de vincularnos.
El Sol y la Luna se alinean, ubicándose el Sol y la Tierra en lados opuestos de la Luna.
Libra es un símbolo de armonía y equilibrio, especialmente enfocado a lo vincular. Por lo tanto, los días anteriores y posteriores al 25 de septiembre de 2022 abren una ventana energética durante la cual el cielo nos está regalando la oportunidad de sembrar armonía en nuestra vida, cultivar relaciones recíprocas y trabajar en el amor propio.
Sentiremos el impulso de un nuevo comienzo.
La Luna Nueva propone un ciclo de trabajo de seis meses que se cerrará cuando tengamos la próxima Luna Llena en el signo de Libra, es decir, el 6 de abril de 2023.
En el momento de la Luna Nueva, Júpiter y Mercurio estarán retrógrados; en otras palabras, cualquier cambio que iniciemos o semilla que sembremos durante esta lunación puede tomar tiempo.
Sin embargo, recordemos que los cambio de verdad suelen llevar tiempo y requieren de nuestro compromiso para manifestarse, por lo que es recomendable trabajar con paciencia en aquello que queremos ver florecer.
Los cambios de verdad a veces tardan en manifestarse, pero ello no significa que no valgan la pena.
Prestemos atención a las personas y las situaciones que nos rodean, porque nos brindan mucha información relevante sobre nosotros mismos.
Hagamos el ejercicio de observar si algo nos produce mucho rechazo o mucha admiración, porque podemos estar frente a una proyección o un espejo. Es muy habitual proyectar emociones que nos resultan difíciles de sentir, necesidades propias que satisfacemos a través de los demás, rasgos de nuestro carácter que no nos gustan y no queremos reconocer, dones y habilidades que creemos que no tenemos.
Veamos los siguientes ejemplos de proyección: si mi pareja me engaña, la pregunta que tengo que hacerme es “¿hace cuánto tiempo que me estoy engañando a mí mismo o a mí misma?”.
Si no me siento considerado o considerada por mi pareja, debo tomar consciencia de que probablemente yo no esté priorizando mis propias necesidades.
Si me enojo desmedidamente con mis hijos porque considero que son egoístas, lo más probable es que yo también esté siendo egoísta sin quererlo reconocer.
Esta lunación nos propone recuperar nuestras proyecciones para conocernos un poco mejor; seamos pacientes y hagámoslo bien.
La Luna Nueva nos propone recuperar proyecciones y decodificar espejos para conocernos mejor.