El rito tradicional fue encabezado por el camarlengo Kevin Farrell. También tuvo lugar en el Palacio Apostólico. Asistieron familiares y autoridades vaticanas.
El Vaticano selló este lunes las habitaciones del papa Francisco en la Casa Santa Marta y en el Palacio Apostólico, luego de haberse realizado el rito oficial de constatación de su fallecimiento. El ritual fue presidido por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana y máxima autoridad interina durante la “sede vacante”.
El Sumo Pontífice murió en la madrugada de este lunes, a los 88 años. Según dispuso el protocolo, su cuerpo fue depositado en un féretro en la capilla de la Domus vaticana.
La ceremonia duró menos de una hora y fue presenciada por familiares y autoridades vaticanas, que se despidieron en forma privada. La habitación de la Casa Santa Marta fue el lugar donde se produjo su muerte.
La capilla de Santa Marta albergó también el acto litúrgico, en el que se leyó la certificación de defunción y se realizó el depósito del cuerpo.
Después de este rito, primera congregación general de cardenales tendrá lugar este martes por la mañana. Allí podría definirse la fecha del funeral, que según el derecho canónico debe celebrarse entre el cuarto y sexto día tras la muerte del pontífice.
Así, la Santa Sede se prepara para iniciar formalmente el proceso sucesorio que culminará con el cónclave en la Capilla Sixtina.
El papa Francisco falleció este lunes a las 7:35 (hora de Roma) a causa de un ictus cerebral, coma y colapso cardiocirculatorio irreversible, según certificó el director de Sanidad e Higiene del Estado del Vaticano, Andrea Arcangeli, en el acta oficial de defunción. La muerte fue constatada mediante un registro electrocardiográfico tanatológico, un estudio que se utiliza para confirmar el cese definitivo de la actividad cardíaca.
El ictus cerebral, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV) o derrame cerebral, es una condición médica grave que ocurre cuando el flujo de sangre al cerebro se interrumpe repentinamente, ya sea por un coágulo que bloquea una arteria o por la ruptura de un vaso sanguíneo. En ambos casos, la consecuencia es la falta de oxígeno en el tejido cerebral, lo que puede provocar daños permanentes o la muerte.
En el caso del pontífice, el cuadro fue agravado por condiciones crónicas preexistentes, entre ellas una insuficiencia respiratoria aguda derivada de una neumonía bilateral, bronquiectasias múltiples, hipertensión arterial y diabetes tipo II, según detalla el informe firmado por Arcangeli.
El informe fue publicado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede y corresponde al protocolo habitual tras el fallecimiento de un papa en ejercicio. La documentación se incorporará al archivo médico y administrativo del Vaticano, como parte del expediente oficial de la muerte de Jorge Mario Bergoglio, el primer papa argentino y latinoamericano de la historia.
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