Los obispos de Europa central y oriental se reúnen en Polonia a partir del domingo para una conferencia de cuatro días sobre la protección de menores, organizada por la conferencia episcopal y la comisión asesora del Vaticano sobre la protección de los niños.
El lugar es significativo, ya que alrededor de una decena de obispos polacos en actividad y retirados han recibido sanciones del Vaticano por su negativa reiterada a escuchar a las víctimas y sancionar a los curas que las violaron y manosearon.
"Solo si enfrentamos la verdad de esta conducta cruel y pedimos humildemente perdón a las víctimas y sobrevivientes podrá la Iglesia encontrar la manera de que la consideren nuevamente un lugar de acogida y seguridad para quienes lo necesitan", dijo Francisco.
El Santo Padre también aseguró que "los obispos deben ser los primeros, no los últimos en escuchar a las víctimas y colocarse a su servicio al verlos como compañeros y protagonistas de un futuro común".
Las víctimas dicen desde hace tiempo que han sido tratadas como enemigos de la Iglesia al denunciar el abuso, se les acusa de tratar de provocar escándalos o extorsionar a la jerarquía para cobrar dinero, aunque muchos han dicho que sólo se presentaron para impedir que un cura depredador abuse de otros.
Francisco y su predecesor Benedicto XVI han denunciado lo que llaman el error de la jerarquía al preocuparse por la reputación de la Iglesia antes que las necesidades de las víctimas.
En el videomensaje, Francisco dijo que las palabras de consuelo deben convertirse en medidas concretas para evitar los abusos y escuchar a las víctimas. Sostuvo que estas discusiones importantes afectan verdaderamente el futuro de la Iglesia.
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