Desde que asumió el Pontificado en marzo de 2013, el Papa Francisco protagonizó momentos emotivos y sorprendentes para el cargo que ocupó hasta su muerte.
El papa Francisco murió este lunes a los 88 años, según confirmó el Vaticano en un comunicado difundido a través de su canal oficial en Telegram. El deceso se produjo apenas unas horas después de que el pontífice hiciera su última aparición pública desde el balcón de la basílica de San Pedro, durante la celebración de Pascua.
Desde que asumió el Pontificado en marzo de 2013, el argentino Jorge Bergoglio, luego Papa Francisco, protagonizó momentos emotivos y sorprendentes para el cargo que ocupó hasta su muerte, por tener una personalidad que lo llevó en muchos casos a desligarse del protocolo.
Sus palabras y sus gestos al frente del Vaticano dieron que hablar, sobre todo por su sencillez a la hora de mantener encuentros tanto con sus fieles como con personalidades reconocidas mundialmente.
Como arzobispo de Buenos Aires, Francisco rechazó los lujos que disfrutaban sus predecesores, viajando en autobús, cocinando sus propias comidas y visitando regularmente los barrios marginales. Esta sencillez continuó como papa, marcada por Francisco al tomar el nombre del santo del siglo XIII conocido por su sencillez personal. Vivió en el hotel del Vaticano en lugar del Palacio Apostólico, usó sus viejos zapatos ortopédicos y no los mocasines rojos del papado, y dio ejemplo a las clases clericales usando autos compactos.
Algunas de las escenas más emotivas y recordadas de Francisco ocurrieron durante su primer viaje fuera de Roma.
En Río de Janeiro, Brasil, el sumo pontífice encabezó la Jornada Mundial de la Juventud, en julio de ese año inicial de su papado.
Allí, un niño salió de entre la gente al paso del papamóvil mientras se dirigía al Palacio Arzobispal de Río.
El personal de seguridad le permitió llegar hasta el Papa, quien lo abrazó mientras el pequeño lloraba emocionado.
"Santidad, quiero ser sacerdote de Cristo, un representante de Cristo", le dijo el pequeño de 9 años, luego identificado como Nathan de Brito.
En la actualidad, De Brito es postulante de la Orden de los Hermanos Menores de Rondonópolis, en Mato Grosso del Sur.
En noviembre de 2013, durante una audiencia celebrada en la Plaza de San Pedro, Francisco, que acostumbraba a recorrer el lugar a bordo de un papamóvil descubierto para acercarse a la gente, pidió que detuvieran el vehículo para abrazar a un hombre afectado por neurofibromatosis, un trastorno hereditario que provoca serias anomalías en la piel, tumores que se forman en los tejidos nerviosos y graves deformaciones.
Aunque la enfermedad no es contagiosa, la apariencia de los enfermos los convierte en víctimas de todo tipo de rechazos.
Con esa clase de gestos, el papa ofrecía un mensaje de solidaridad y de comprensión.
También en el primer año de su gestión en el Vaticano, el papa dejó perplejos a todos los miembros de la Guardia Suiza Pontificia, que protegen la Santa Sede.
En otra acción fuera del protocolo, le acercó una silla a uno de los efectivos y le llevó un sándwich, sabiendo que el hombre había estado de pie toda la noche.
Bergoglio le pidió al guardia que se sentara, pero este se negó porque debía cumplir las reglas.
Un niño juega con un guardia suizo en el salón Pablo VI en el Vaticano, el 28 de noviembre de 2018.Gregorio Borgia / AP
"¿Las reglas? Yo soy el papa y le pido que se siente", le respondió el líder católico. El guardia obedeció y se sentó a comer.
"Buen apetito, hermano", le dijo el papa, según reportó la prensa.
La imagen de Bergoglio lavando y besando los pies de reclusos fue frecuente durante su papado. Francisco visitó centros penitenciarios para hombres, mujeres y menores.
Abogar por los migrantes fue una de las prioridades de Francisco como papa. Su primer viaje fuera de Roma en 2013 fue a la isla siciliana de Lampedusa para reunirse con migrantes recién llegados. Denunció la “globalización de la indiferencia” mostrada hacia los posibles refugiados. Rezó por los migrantes muertos en la frontera entre Estados Unidos y México en 2016 y llevó a 12 musulmanes sirios a Roma en su avión después de visitar un campo de refugiados en Lesbos, Grecia. Su llamado a la acogida lo puso en desacuerdo con las políticas de Estados Unidos y Europa. Dijo en 2016 del entonces candidato Donald Trump que cualquiera que construya un muro para mantener a los migrantes fuera “no es cristiano”.
Al principio de su papado, Francisco señaló una postura más acogedora hacia las personas LGBTQ+, declarando “¿Quién soy yo para juzgar?” cuando se le preguntó sobre un sacerdote gay. En una entrevista de Associated Press en 2023, declaró que “ser homosexual no es un delito” y más tarde aprobó bendiciones para parejas del mismo sexo, siempre que no se asemejen a votos matrimoniales
En agosto de 2021, en otro sorprendente acto desligado de las reglas de la Santa Sede, Jorge Bergoglio decidió atender su teléfono móvil, a pesar de que estaba en plena audiencia general y ante los feligreses que asistían al evento.
En junio de 2021, una persona disfrazada de Spiderman se acercó al pontífice en la audiencia de los miércoles. Estuvieron hablando durante unos minutos. Resultó ser Francesco Tarantino, un joven integrante de una fundación que visita a los niños hospitalizados disfrazados de superhéroes.