El Ejército israelí lanzó este martes más bombardeos en la Franja de Gaza luego de que milicianos palestinos dispararan cohetes hacia Israel en medio de una ola de violencia en Jerusalén, y la escalada ya dejó dos israelíes y 26 palestinos muertos, incluidos nueve chicos.
Unas 125 personas resultaron heridas en la Franja de Gaza, el enclave palestino controlado por el movimiento islamista Hamás, indicaron las autoridades sanitarias locales.
Desde el lunes, los militantes palestinos lanzaron más de 300 cohetes hacia Israel, tras los fuertes ataques por parte del gobierno de Netanyahu. El sistema antimisiles israelí Cúpula de Hierro interceptó más del 90%, indicó el portavoz del ejército Jonathan Conricus. Al menos seis israelíes resultaron heridos.
Israel respondió al lanzamiento de cohetes con 130 ataques de aviones de combate y helicópteros contra objetivos militares en el enclave palestino, que mataron a 15 comandantes de Hamás y del grupo Yihad Islámica, dijo Conricus a la prensa. Este último grupo armado confirmó la muerte de dos de sus líderes.
El martes se lanzaron más cohetes desde el enclave palestino mientras el brazo armado de las brigadas Qassam, afiliadas a Hamás, juró que convertiría la ciudad israelí de Ascalón (sur) en "un infierno".
En esta ciudad, dos mujeres, una de 65 años y otra de 40, murieron por los disparos de cohetes palestinos, dijo el Magen, equivalente de la Cruz Roja en Israel.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió el lunes que los enfrentamientos podían "continuar por algún tiempo".
Autoridades de Gaza dijeron que los nueve chicos murieron el lunes en el primero de los bombardeos israelíes, que mató a 20 personas en la ciudad de Beit Hanoun, en el norte de la franja.
Siete de los muertos en la localidad, incluyendo tres chicos, eran miembros de la misma familia, dijo el Ministerio de Salud de Gaza. Más de 100 personas resultaron heridas en los ataques aéreos, agregó el Ministerio de Salud.
Más de 550 palestinos resultaron heridos desde el viernes pasado en los choques en la Ciudad Vieja de Jerusalén, la antigua ciudadela amurallada que alberga algunos de los lugares más sagrados del islam, el judaísmo y el cristianismo.
La ONU dijo el lunes estar "profundamente preocupada" y condenó "cualquier incitación a la violencia".