El Embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov, analiza las consecuencias del atentado terrorista en el Crous City Halll de Moscú y sus repercusiones.
En la tarde del 22 de marzo un grupo de terroristas irrumpió en una de las salas de conciertos más grandes en las afueras de Moscú y comenzó a balear metódicamente a personas indefensas. Los atacantes provocaron un incendio en el edificio que se cobró decenas de vidas.
Según los últimos datos, 143 personas murieron y 182 heridas en uno de los crímenes más mortíferos de la historia de Rusia contemporánea.
El 24 de marzo fue declarado un día de duelo nacional en nuestro país. La mayoría de los Estados, incluida Argentina, expresaron sus condolencias a los familiares de las víctimas de esa terrible tragedia.
En una muestra de solidaridad muchos argentinos comenzaron a llevar flores y velas al edificio de la Embajada de Rusia, cerca de la cual pronto apareció un memorial espontáneo. Les agradecemos esta reacción tan natural ante el dolor ajeno. Al fin y al cabo es nuestra capacidad de simpatizar y empatizar que nos hace humanos.
Lo que no es normal es aprovecharse del dolor de unos para regodearse o aumentar su autoestima. Sucedió que durante el último mes, ante nuestra misión diplomática en Buenos Aires diariamente se reúne un pequeño pero agitado grupo de personas que se han autoproclamado “luchadores contra el régimen autoritario” de Rusia.
No sé si realmente tienen alguna creencia política. Es poco probable. Al menos lo que gritan bajo nuestras ventanas no parecen preguntas ni exigencias a las autoridades rusas. Más bien, este es un tipo del alboroto salvaje y vulgar. Odio destilado y químicamente puro, multiplicado por una falsa sensación de impunidad. Qué grado de encarnizamiento o de locura hay que alcanzar para lanzar desprecios sucios y amenazas directas contra mujeres y niños que salen de la Embajada.
Los participantes de este piquete en memoria de Alexey Navalny se comportan cada vez con más descaro y agresividad. No dudaron en organizar su aquelarre el día de la votación en las elecciones presidenciales de Rusia organizada en esta misión diplomática.
Ahora no les da tregua el memorial a las víctimas del sangriento ataque terrorista en Crocus City Hall, que está frente a la Embajada. Es difícil imaginar algo más repugnante que la burla a víctimas inocentes. Pero eso es exactamente lo que hacen dichos inhumanos cuando lamentan "muy pocas muertes" por el ataque terrorista a plena luz del día usando un megáfono. ¿Así realmente se entiende la libertad de expresión en Argentina? Todo el mundo lo considera como justificación de terrorismo. Es un delito penal serio y se castiga legalmente.
Algunos están tratando de distinguir a “opositores rusos” en estos piqueteros, envueltos en banderas ucranianas. Sin embargo, parece que están utilizando el nombre de Alexey Navalny sólo como tapadera para continuar con su propaganda maliciosa e inhumana en el centro de la capital argentina.
¿Quién de ellos expresó compasión o exigió llevar a cabo una investigación cuando la periodista, politóloga y patriota rusa Daria Dugina falleció en un ataque terrorista perpetrado por los servicios especiales ucranianos? ¿Por qué guardaron silencio cuando se supo de la muerte del periodista estadounidense Gonzalo Lira en una prisión ucraniana a causa de palizas y torturas? ¿Por qué no alzaron la voz en apoyo de Julian Assange, que ha sido intimidado por británicos y estadounidenses durante muchos años? Preguntas sencillas cuyas respuestas son evidentes.
Nos dirigimos a las autoridades argentinas exigiendo que nos protegieran de estos marginados. Al fin y al cabo, entre los compromisos del país anfitrión de conformidad con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 hay una obligación de garantizar condiciones normales de funcionamiento para cualquier misión diplomática y evitar insultos a su dignidad, así como amenazas al personal diplomático.
Hasta ahora la situación no ha cambiado en absoluto. Partimos de que la libertad no significa permisividad. Las relaciones interestatales saludables siempre se basan en el respeto mutuo y la amistad. Los que tradicionalmente conectan a los pueblos de Rusia y Argentina.