Un niño de ocho años falleció arrollado por un tren de alta velocidad en la estación alemana de Fráncfort al ser arrojado a las vías junto a su madre, quien logró salvarse, hecho por el cual se detuvo a un sujeto de originario de Eritrea.
El crimen sucedió en el momento en que el ferrocarril CE 592 procedente de Múnich entró a la estación a gran velocidad.
En ese momento, el sujeto de 40 años empujó a ambos y se dio a la fuga, pero fue capturado por varios pasajeros y transeúnten que le propinaron patadas y golpes de puño.
La mamá pudo evitar que la formación la arrollara, pero no así su hijo que, a pesar de montarse un dispositivo de 16 ambulancias y un helicóptero en la terminal, no lograron salvarlo.
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