Más de una docena soldados de Israel murieron en combate durante este fin de semana, según informaron las fuerzas armadas el domingo, en unos de los días más mortíferos desde que comenzó la ofensiva terrestre.
El ejército israelí anunció que 152 soldados han muerto en la Franja de Gaza desde el inicio de la guerra contra el movimiento islamista palestino Hamas. En ese contexto, el primer ministro Benjamin Netanyahu afirmó que sus país "está pagando un alto precio por la guerra, pero no hay otra opción que seguir luchando".
Más de una docena soldados israelíes murieron en combate durante este fin de semana, según informaron las fuerzas armadas el domingo, en unos de los días más mortíferos desde que comenzó la ofensiva terrestre a finales de octubre, un indicio de que Hamas sigue plantando batalla pese a semanas de guerra brutal.
"Estamos pagando un alto precio por la guerra, pero no hay otra opción que seguir luchando", declaró Netanyahu al inicio de una reunión de gabinete tras rendir homenaje a los soldados muertos y advertir que el conflicto será "largo", afirmó Netanyahu.
Asimismo, Netanyahu negó injerencias de Washington. "He visto publicaciones falsas que afirman que Estados Unidos impidió y está impidiendo operaciones operativas en la región", dijo Netanyahu. "Esto no es cierto. Israel es un Estado soberano. Nuestras decisiones en la guerra se basan en nuestras consideraciones operativas, y no daré más detalles sobre eso". Netanyahu insistió el domingo en que las acciones de Israel "no están dictadas por presiones externas".
Netanyahu no dio más detalles sobre esas "publicaciones", pero se podría referir a informaciones de ayer en el Wall Street Journal según las cuales fue persuadido para no atacar a Hezbolá en el Líbano para evitar una escalada. "La decisión sobre cómo utilizar nuestras fuerzas es una decisión independiente de las FDI y de nadie más", dijo Netanyahu.
Es probable que la creciente cifra de muertos entre las tropas israelíes sea un factor importante en el apoyo del pueblo israelí a la guerra, desencadenada por un asalto liderado por Hamas contra poblaciones del sur de Israel el 7 de octubre, en el que 1200 personas fueron asesinadas y 240 fueron secuestradas.
La guerra ha arrasado partes de la Franja de Gaza, ha matado a unos 20.400 palestinos y ha desplazado a casi el 85% de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, según las autoridades del enclave, gobernado por Hamas.
El Ministerio de Salud en Gaza informó de 166 muertos en las últimas 24 horas en el enclave costero.
Los israelíes apoyan con firmeza los objetivos declarados del país de aplastar la capacidad militar y de gobierno del grupo terrorista y liberar a los 129 rehenes que quedan. Ese apoyo se ha mantenido en su mayor parte pese a la creciente presión internacional contra la ofensiva israelí, la cifra de muertos que aumenta rápidamente y el sufrimiento sin precedentes de los palestinos.
Pero el creciente número de soldados muertos podría socavar ese apoyo. Las muertes de soldados son un tema sensible en Israel, un país donde hay servicio militar obligatorio para la mayoría de los judíos.
Los nombres de los soldados caídos se anuncian en la cabecera de los noticieros, y en un país pequeño de unos nueve millones de habitantes, prácticamente todas las familias tienen un familiar, amigo o compañero de trabajo que ha perdido un pariente en la guerra.
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